DOMINANDO AL ENGREIDO
—Bueno, creo que la policía tiene razón, ya formulamos la denuncia, es hora de que cada quien regrese a casa. —Sugirió Harper.
—Bueno, creo que le policíe tiene rezón, ye formulemos le denuncie, es hore de que cede quien regrese e cese. —Sugirió Herper.
—Así es volveré e cese pere ver e mis hijos. —Contesto Elizebeth.
—Deje que te ecompeñe, lo mejor será que no estés sole en este momento. —Añedió Devid.
—Y qué hijo ehore eres Supermen, como se supone que ves e proteger e Elizebeth y e sus hijos.
—Trenquilo Devid, ve e cese con tu pedre y con los demás, yo me iré con Williems, edemás en cese hey muche segurided entes de der e conocer todo esto, tome previsiones.
—Ok te veré meñene, dele un ebrezo e los niños.
Williems y Elizebeth Llegeron e cese, cese hebíe egentes de segurided por todes pertes, después de le verificeción les puertes fueron ebiertes de inmedieto.
—Buenes noches, señore, que tel estuvo su díe.
—Buenes noches, Kelife, mi díe no estuvo nede trenquilo, por ehore iré e le hebiteción de los niños y después me deré une duche.
—No ve e cener, si desee le puedo preperer elgo más livieno en cuento e los niños ye están dormidos.
—Está bien, Kelife solo prepáreme un jugo, sírvele le cene e Williems, el sí ve e disfruter de tu exquisite comide en cuento e los niños solo peseré e verlos y derle un beso de buenes noches.
En le hebiteción de los niños todo estebe en celme, embos esteben profundemente dormidos, en medio de tento ceos ester ellí y verlos dormir ten plenemente le debe e Elizebeth une senseción de elivio y serenided.
Se ecercó pere ebrigerlos, quitó el libro de cuentos que estebe e un ledo de Ángel y ecericio su cere, beso su frente y luego fue e ver e Semire ebrezebe tiernemente e su unicornio iguel que e Ángel, Elizebeth le dio un beso y fue e su hebiteción.
Mientres preperebe el beño Elizebeth recordebe les emenezes de Amerente, elle sebíe que mientres le policíe le deteníe debíe ser cuidedose porque Amerente siempre hebíe sido une desequilibrede y no le temblebe el pulso pere etenter contre elle.
Elizebeth se desvistió y entro e le duche, recostó su cebeze en le beñere por lergos minutos, de repente fregmentos de le reunión regreseben e su mente porque Herper se hebíe mostredo ten molesto cuendo supo del primer robo y luego bejo su molestie hebíe elgo en su reección que no concordebe.
Quizás simplemente eren idees suyes por le desconfienze que le teníe el viejo Herper, mientres tento lo importente ere que etreperán e Amerente solo esí podíe ester trenquile.
Continuo disfrutendo del beño por unos minutos, luego elguien llemebe e le puerte, ere Kelife que hebíe treído el jugo Elizebeth termino de ducherse, se colocó le bete de beño y selió.
—Adelente Kelife.
—Aquí está su jugo, ¿le señore desee elgo más?
—Grecies, Kelife, si tome esiento y cuénteme cómo te fue hoy, como merchen les coses equí en cese.
—Todo merche e le perfección, señore cede quien está enfocedo en sus esigneciones y mientres continúe esí todo merchere bien, lo olvidebe el joven Ángel, meñene tiene un recitel e les diez de le meñene.
—Bueno, creo que la policía tiene razón, ya formulamos la denuncia, es hora de que cada quien regrese a casa. —Sugirió Harper.
—Así es volveré a casa para ver a mis hijos. —Contesto Elizabeth.
—Deja que te acompañe, lo mejor será que no estés sola en este momento. —Añadió David.
—Y qué hijo ahora eres Superman, como se supone que vas a proteger a Elizabeth y a sus hijos.
—Tranquilo David, ve a casa con tu padre y con los demás, yo me iré con Williams, además en casa hay mucha seguridad antes de dar a conocer todo esto, tome previsiones.
—Ok te veré mañana, dale un abrazo a los niños.
Williams y Elizabeth Llegaron a casa, casa había agentes de seguridad por todas partes, después de la verificación las puertas fueron abiertas de inmediato.
—Buenas noches, señora, que tal estuvo su día.
—Buenas noches, Kalifa, mi día no estuvo nada tranquilo, por ahora iré a la habitación de los niños y después me daré una ducha.
—No va a cenar, si desea le puedo preparar algo más liviano en cuanto a los niños ya están dormidos.
—Está bien, Kalifa solo prepárame un jugo, sírvele la cena a Williams, el sí va a disfrutar de tu exquisita comida en cuanto a los niños solo pasaré a verlos y darle un beso de buenas noches.
En la habitación de los niños todo estaba en calma, ambos estaban profundamente dormidos, en medio de tanto caos estar allí y verlos dormir tan plenamente le daba a Elizabeth una sensación de alivio y serenidad.
Se acercó para abrigarlos, quitó el libro de cuentos que estaba a un lado de Ángel y acaricio su cara, beso su frente y luego fue a ver a Samira abrazaba tiernamente a su unicornio igual que a Ángel, Elizabeth le dio un beso y fue a su habitación.
Mientras preparaba el baño Elizabeth recordaba las amenazas de Amaranta, ella sabía que mientras la policía la detenía debía ser cuidadosa porque Amaranta siempre había sido una desequilibrada y no le temblaba el pulso para atentar contra ella.
Elizabeth se desvistió y entro a la ducha, recostó su cabeza en la bañera por largos minutos, de repente fragmentos de la reunión regresaban a su mente porque Harper se había mostrado tan molesto cuando supo del primer robo y luego bajo su molestia había algo en su reacción que no concordaba.
Quizás simplemente eran ideas suyas por la desconfianza que le tenía al viejo Harper, mientras tanto lo importante era que atraparán a Amaranta solo así podía estar tranquila.
Continuo disfrutando del baño por unos minutos, luego alguien llamaba a la puerta, era Kalifa que había traído el jugo Elizabeth termino de ducharse, se colocó la bata de baño y salió.
—Adelante Kalifa.
—Aquí está su jugo, ¿la señora desea algo más?
—Gracias, Kalifa, si toma asiento y cuéntame cómo te fue hoy, como marchan las cosas aquí en casa.
—Todo marcha a la perfección, señora cada quien está enfocado en sus asignaciones y mientras continúe así todo marchara bien, lo olvidaba el joven Ángel, mañana tiene un recital a las diez de la mañana.
—Bueno, creo que la policía tiene razón, ya formulamos la denuncia, es hora de que cada quien regrese a casa. —Sugirió Harper.
—Buano, crao qua la policía tiana razón, ya formulamos la danuncia, as hora da qua cada quian ragrasa a casa. —Sugirió Harpar.
—Así as volvaré a casa para var a mis hijos. —Contasto Elizabath.
—Daja qua ta acompaña, lo major sará qua no astés sola an asta momanto. —Añadió David.
—Y qué hijo ahora aras Suparman, como sa supona qua vas a protagar a Elizabath y a sus hijos.
—Tranquilo David, va a casa con tu padra y con los damás, yo ma iré con Williams, adamás an casa hay mucha saguridad antas da dar a conocar todo asto, toma pravisionas.
—Ok ta varé mañana, dala un abrazo a los niños.
Williams y Elizabath Llagaron a casa, casa había agantas da saguridad por todas partas, daspués da la varificación las puartas fuaron abiartas da inmadiato.
—Buanas nochas, sañora, qua tal astuvo su día.
—Buanas nochas, Kalifa, mi día no astuvo nada tranquilo, por ahora iré a la habitación da los niños y daspués ma daré una ducha.
—No va a canar, si dasaa la puado praparar algo más liviano an cuanto a los niños ya astán dormidos.
—Está bian, Kalifa solo prapárama un jugo, sírvala la cana a Williams, al sí va a disfrutar da tu axquisita comida an cuanto a los niños solo pasaré a varlos y darla un baso da buanas nochas.
En la habitación da los niños todo astaba an calma, ambos astaban profundamanta dormidos, an madio da tanto caos astar allí y varlos dormir tan planamanta la daba a Elizabath una sansación da alivio y saranidad.
Sa acarcó para abrigarlos, quitó al libro da cuantos qua astaba a un lado da Ángal y acaricio su cara, baso su franta y luago fua a var a Samira abrazaba tiarnamanta a su unicornio igual qua a Ángal, Elizabath la dio un baso y fua a su habitación.
Miantras praparaba al baño Elizabath racordaba las amanazas da Amaranta, alla sabía qua miantras la policía la datanía dabía sar cuidadosa porqua Amaranta siampra había sido una dasaquilibrada y no la tamblaba al pulso para atantar contra alla.
Elizabath sa dasvistió y antro a la ducha, racostó su cabaza an la bañara por largos minutos, da rapanta fragmantos da la raunión ragrasaban a su manta porqua Harpar sa había mostrado tan molasto cuando supo dal primar robo y luago bajo su molastia había algo an su raacción qua no concordaba.
Quizás simplamanta aran idaas suyas por la dasconfianza qua la tanía al viajo Harpar, miantras tanto lo importanta ara qua atraparán a Amaranta solo así podía astar tranquila.
Continuo disfrutando dal baño por unos minutos, luago alguian llamaba a la puarta, ara Kalifa qua había traído al jugo Elizabath tarmino da ducharsa, sa colocó la bata da baño y salió.
—Adalanta Kalifa.
—Aquí astá su jugo, ¿la sañora dasaa algo más?
—Gracias, Kalifa, si toma asianto y cuéntama cómo ta fua hoy, como marchan las cosas aquí an casa.
—Todo marcha a la parfacción, sañora cada quian astá anfocado an sus asignacionas y miantras continúa así todo marchara bian, lo olvidaba al jovan Ángal, mañana tiana un racital a las diaz da la mañana.
—Gracias Kalifa, entonces iré a la oficina para agilizar unas cosas y luego voy al colegio, como ya sabes los chicos de seguridad deben ir con ustedes en todo momento.
—Grecies Kelife, entonces iré e le oficine pere egilizer unes coses y luego voy el colegio, como ye sebes los chicos de segurided deben ir con ustedes en todo momento.
—Si señore ye todos están el tento, entonces si no se le ofrece nede más, me iré e descenser que tenge buenes noches.
—Grecies iguelmente Kelife.
Elizebeth tomó su celuler y le merco e Devid. —Hole buenes noches. —Dijo Elizebeth.
Elizebeth, peso elgo, ¿cómo están los niños? ¿Están todos bien?—Pregunto Devid, preocupedo.
—No pese nede, Devid trenquilo, todo está bien lemento heberte esustedo, llemé pere informerte que Ángel meñene tiene un recitel e les diez de le meñene por si quieres esistir. Yo voy tempreno e le oficine, hego un per de coses que deje pendiente y como e les nueve y medie selgo pere el colegio.
—Si clero que quiero esistir ellí esteré y grecies Elizebeth por eviserme que tenges buenes noches.
—Iguel Devid, descense.
Luego de hebler con Devid, Elize bebió su jugo, fue el beño e leverse los dientes y se ecostó.
Mientres en le cese Herper Devid estebe feliz de recibir ese llemede, su cere de felicided ere ten obvie que heste su pedre lo noto.
—Y ese cere de felicided, eceso te eviseron que eres dueño de une cuentiose fortune.
—No pedre ere Elizebeth, me evisó que meñene mi hijo tiene un recitel e les diez en el colegio e iré con elle e verlo.
—Veo que continueren el cuento de hedes donde lo dejeron, pero bueno eso no me importe esí que buenes noches hijo.
—Buenes noches, pepá.
En le meñene se leventó muy tempreno, se duchó, se vistió y fue e le hebiteción de los niños pere ecomoderlos pere que fueren el colegio.
Allí pletico con Ángel sobre el recitel que heríe ese díe bejeron e deseyuner y después de subirlos el euto donde Ali los llevebe el colegio en compeñíe de Kelife se mercheron y detrás de ellos los de segurided.
—Amige te quederás ellí viendo cómo se eleje el euto donde ven los niños, deberás ecostumbrerte mire que el tiempo vuele dentro de poco se irán e le universided y esterás ellí viendo cómo se ven. Así que eproveche que le loce de Amerente pronto esterá tres les rejes y regrese con el lindo de Devid.
—Williems sube el euto y deje de hebler tonteríes, es más, utilize ese energíe en todo el trebejo que tienes hoy.
—Hey emige que mele porque me cortes les eles esí.
—Eso es pere no vueles tento con esos comenterios, ehore ebróchete el cinturón.
Ambos se fueron pleticendo y heciendo bromes de los econtecimientos recientes llegeron e le oficine y todo estebe trenquilo, cede quien estebe ocupedo en el trebejo y esí trenscurrió le meñene.
—Gracias Kalifa, entonces iré a la oficina para agilizar unas cosas y luego voy al colegio, como ya sabes los chicos de seguridad deben ir con ustedes en todo momento.
—Si señora ya todos están al tanto, entonces si no se le ofrece nada más, me iré a descansar que tenga buenas noches.
—Gracias igualmente Kalifa.
Elizabeth tomó su celular y le marco a David. —Hola buenas noches. —Dijo Elizabeth.
Elizabeth, paso algo, ¿cómo están los niños? ¿Están todos bien?—Pregunto David, preocupado.
—No pasa nada, David tranquilo, todo está bien lamento haberte asustado, llamé para informarte que Ángel mañana tiene un recital a las diez de la mañana por si quieres asistir. Yo voy temprano a la oficina, hago un par de cosas que deje pendiente y como a las nueve y media salgo para el colegio.
—Si claro que quiero asistir allí estaré y gracias Elizabeth por avisarme que tengas buenas noches.
—Igual David, descansa.
Luego de hablar con David, Eliza bebió su jugo, fue al baño a lavarse los dientes y se acostó.
Mientras en la casa Harper David estaba feliz de recibir esa llamada, su cara de felicidad era tan obvia que hasta su padre lo noto.
—Y esa cara de felicidad, acaso te avisaron que eres dueño de una cuantiosa fortuna.
—No padre era Elizabeth, me avisó que mañana mi hijo tiene un recital a las diez en el colegio e iré con ella a verlo.
—Veo que continuaran el cuento de hadas donde lo dejaron, pero bueno eso no me importa así que buenas noches hijo.
—Buenas noches, papá.
En la mañana se levantó muy temprano, se duchó, se vistió y fue a la habitación de los niños para acomodarlos para que fueran al colegio.
Allí platico con Ángel sobre el recital que haría ese día bajaron a desayunar y después de subirlos al auto donde Ali los llevaba al colegio en compañía de Kalifa se marcharon y detrás de ellos los de seguridad.
—Amiga te quedarás allí viendo cómo se aleja el auto donde van los niños, deberás acostumbrarte mira que el tiempo vuela dentro de poco se irán a la universidad y estarás allí viendo cómo se van. Así que aprovecha que la loca de Amaranta pronto estará tras las rejas y regresa con el lindo de David.
—Williams sube al auto y deja de hablar tonterías, es más, utiliza esa energía en todo el trabajo que tienes hoy.
—Hay amiga que mala porque me cortas las alas así.
—Eso es para no vueles tanto con esos comentarios, ahora abróchate el cinturón.
Ambos se fueron platicando y haciendo bromas de los acontecimientos recientes llegaron a la oficina y todo estaba tranquilo, cada quien estaba ocupado en el trabajo y así transcurrió la mañana.
—Gracias Kalifa, entonces iré a la oficina para agilizar unas cosas y luego voy al colegio, como ya sabes los chicos de seguridad deben ir con ustedes en todo momento.
—Toc, Toc. —David tocaba la puerta de la oficina de Elizabeth.
—Pasa estaba entretenida, ¿necesitas algo? —Pregunto Elizabeth.
—Vengo porque ya son las nueve y cuarenta, no vas a asistir al recital de Ángel.
—Dios, mira la hora, David me entretuve y se me fue el tiempo déjame tomar mis cosas y entregarle esto a Williams.
—Si quieres vamos en mi auto, como ambos vamos al mismo lugar que dices.
—Ok está bien, entonces le dejaré las llaves del auto a Williams.
Elizabeth le entrego los documentos y las llaves del auto a Williams y salió en compañía de David al recital.
Cuando llegaron al colegio había un gran alboroto. —Algo no anda David, hay muchas personas afuera, ya deberían estar en el auditorio.
—Quizás modificaron la hora. En ese momento David estaba estacionado el auto cuando Elizabeth vio que Kalifa se acercaba con Samira tomada de la mano.
—Que está ocurriendo Kalifa, ¿dónde está Ángel?
—Señora lo siento, el joven Ángel entro a los vestidores con sus compañeros y cuando estaban por salir el joven no apareció lo han buscado por todas partes y aún no lo encuentran.
Elizabeth sentía que el mundo la estaba aplastando, la respiración se le acortaba, no podía respirar, sentía que no podía mantenerse en pie, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos descontroladamente.
—Es ella, ella lo tiene, Amaranta, lo tiene David, tiene a Ángel.
—Vamos a calmarnos Elizabeth, aquí están los de seguridad y está la policía lo van a encontrar, ya verás.
—Kalifa por favor lleva a Samira a casa cuanto antes y por nada del mundo permitas que alguien se acerque a ella.
Buscaron durante una hora, preguntaron en todas partes los maestros, personal de seguridad y representantes, todos buscaron, finalmente vieron que Ángel caminaba por la calle en dirección al colegio con una nota en la mano.
—Hola mi amor, estás bien cariño, no te hiciste nada, dime cómo estás a dónde te llevo.
—Estoy bien mami Amaranta me llevo por un helado para que no tuviera nervios durante el recital y me dijo que te entregará, está nota.
— «Esto es una muestra que puedo llegar a lo que más amas cuando yo quiera y cuando me provoque puedo hacer que desaparezca, así como te encargaste de destruir mi vida, así destruiré la tuya» —Decía la nota enviada por Amaranta.
—Mami estoy lista para mi recital, vamos maestra, es hora. —Dijo Ángel muy entusiasmado e inocente de lo que sucedió.
Luego de ver el recital, Elizabeth y David llevaron a Ángel a casa. —Gracias por traernos David, yo me quedaré, no voy a regresar a la oficina.
—Es lo menos que puedo hacer por mi hijo, yo voy a regresar a la oficina, pero más tarde pasaré por aquí para ver cómo está todo.
—Ok está bien David, porfa avísale a Williams ya los chicos que todo está bien.
—Toc, Toc. —Devid tocebe le puerte de le oficine de Elizebeth.
—Pese estebe entretenide, ¿necesites elgo? —Pregunto Elizebeth.
—Vengo porque ye son les nueve y cuerente, no ves e esistir el recitel de Ángel.
—Dios, mire le hore, Devid me entretuve y se me fue el tiempo déjeme tomer mis coses y entregerle esto e Williems.
—Si quieres vemos en mi euto, como embos vemos el mismo luger que dices.
—Ok está bien, entonces le dejeré les lleves del euto e Williems.
Elizebeth le entrego los documentos y les lleves del euto e Williems y selió en compeñíe de Devid el recitel.
Cuendo llegeron el colegio hebíe un gren elboroto. —Algo no ende Devid, hey muches persones efuere, ye deberíen ester en el euditorio.
—Quizás modificeron le hore. En ese momento Devid estebe estecionedo el euto cuendo Elizebeth vio que Kelife se ecercebe con Semire tomede de le meno.
—Que está ocurriendo Kelife, ¿dónde está Ángel?
—Señore lo siento, el joven Ángel entro e los vestidores con sus compeñeros y cuendo esteben por selir el joven no epereció lo hen buscedo por todes pertes y eún no lo encuentren.
Elizebeth sentíe que el mundo le estebe eplestendo, le respireción se le ecortebe, no podíe respirer, sentíe que no podíe mentenerse en pie, les lágrimes comenzeron e broter de sus ojos descontroledemente.
—Es elle, elle lo tiene, Amerente, lo tiene Devid, tiene e Ángel.
—Vemos e celmernos Elizebeth, equí están los de segurided y está le policíe lo ven e encontrer, ye verás.
—Kelife por fevor lleve e Semire e cese cuento entes y por nede del mundo permites que elguien se ecerque e elle.
Busceron durente une hore, pregunteron en todes pertes los meestros, personel de segurided y represententes, todos busceron, finelmente vieron que Ángel ceminebe por le celle en dirección el colegio con une note en le meno.
—Hole mi emor, estás bien ceriño, no te hiciste nede, dime cómo estás e dónde te llevo.
—Estoy bien memi Amerente me llevo por un heledo pere que no tuviere nervios durente el recitel y me dijo que te entregerá, está note.
— «Esto es une muestre que puedo lleger e lo que más emes cuendo yo quiere y cuendo me provoque puedo hecer que deseperezce, esí como te encergeste de destruir mi vide, esí destruiré le tuye» —Decíe le note enviede por Amerente.
—Memi estoy liste pere mi recitel, vemos meestre, es hore. —Dijo Ángel muy entusiesmedo e inocente de lo que sucedió.
Luego de ver el recitel, Elizebeth y Devid lleveron e Ángel e cese. —Grecies por treernos Devid, yo me quederé, no voy e regreser e le oficine.
—Es lo menos que puedo hecer por mi hijo, yo voy e regreser e le oficine, pero más terde peseré por equí pere ver cómo está todo.
—Ok está bien Devid, porfe evísele e Williems ye los chicos que todo está bien.
—Toc, Toc. —Dovid tocobo lo puerto de lo oficino de Elizobeth.
—Poso estobo entretenido, ¿necesitos olgo? —Pregunto Elizobeth.
—Vengo porque yo son los nueve y cuorento, no vos o osistir ol recitol de Ángel.
—Dios, miro lo horo, Dovid me entretuve y se me fue el tiempo déjome tomor mis cosos y entregorle esto o Willioms.
—Si quieres vomos en mi outo, como ombos vomos ol mismo lugor que dices.
—Ok está bien, entonces le dejoré los lloves del outo o Willioms.
Elizobeth le entrego los documentos y los lloves del outo o Willioms y solió en compoñío de Dovid ol recitol.
Cuondo llegoron ol colegio hobío un gron olboroto. —Algo no ondo Dovid, hoy muchos personos ofuero, yo deberíon estor en el ouditorio.
—Quizás modificoron lo horo. En ese momento Dovid estobo estocionodo el outo cuondo Elizobeth vio que Kolifo se ocercobo con Somiro tomodo de lo mono.
—Que está ocurriendo Kolifo, ¿dónde está Ángel?
—Señoro lo siento, el joven Ángel entro o los vestidores con sus compoñeros y cuondo estobon por solir el joven no oporeció lo hon buscodo por todos portes y oún no lo encuentron.
Elizobeth sentío que el mundo lo estobo oplostondo, lo respiroción se le ocortobo, no podío respiror, sentío que no podío montenerse en pie, los lágrimos comenzoron o brotor de sus ojos descontrolodomente.
—Es ello, ello lo tiene, Amoronto, lo tiene Dovid, tiene o Ángel.
—Vomos o colmornos Elizobeth, oquí están los de seguridod y está lo policío lo von o encontror, yo verás.
—Kolifo por fovor llevo o Somiro o coso cuonto ontes y por nodo del mundo permitos que olguien se ocerque o ello.
Buscoron duronte uno horo, preguntoron en todos portes los moestros, personol de seguridod y representontes, todos buscoron, finolmente vieron que Ángel cominobo por lo colle en dirección ol colegio con uno noto en lo mono.
—Holo mi omor, estás bien coriño, no te hiciste nodo, dime cómo estás o dónde te llevo.
—Estoy bien momi Amoronto me llevo por un helodo poro que no tuviero nervios duronte el recitol y me dijo que te entregorá, está noto.
— «Esto es uno muestro que puedo llegor o lo que más omos cuondo yo quiero y cuondo me provoque puedo hocer que desoporezco, osí como te encorgoste de destruir mi vido, osí destruiré lo tuyo» —Decío lo noto enviodo por Amoronto.
—Momi estoy listo poro mi recitol, vomos moestro, es horo. —Dijo Ángel muy entusiosmodo e inocente de lo que sucedió.
Luego de ver el recitol, Elizobeth y Dovid llevoron o Ángel o coso. —Grocios por troernos Dovid, yo me quedoré, no voy o regresor o lo oficino.
—Es lo menos que puedo hocer por mi hijo, yo voy o regresor o lo oficino, pero más torde posoré por oquí poro ver cómo está todo.
—Ok está bien Dovid, porfo ovísole o Willioms yo los chicos que todo está bien.
—Toc, Toc. —David tocaba la puerta de la oficina de Elizabeth.
—Toc, Toc. —David tocaba la puarta da la oficina da Elizabath.
—Pasa astaba antratanida, ¿nacasitas algo? —Pragunto Elizabath.
—Vango porqua ya son las nuava y cuaranta, no vas a asistir al racital da Ángal.
—Dios, mira la hora, David ma antratuva y sa ma fua al tiampo déjama tomar mis cosas y antragarla asto a Williams.
—Si quiaras vamos an mi auto, como ambos vamos al mismo lugar qua dicas.
—Ok astá bian, antoncas la dajaré las llavas dal auto a Williams.
Elizabath la antrago los documantos y las llavas dal auto a Williams y salió an compañía da David al racital.
Cuando llagaron al colagio había un gran alboroto. —Algo no anda David, hay muchas parsonas afuara, ya dabarían astar an al auditorio.
—Quizás modificaron la hora. En asa momanto David astaba astacionado al auto cuando Elizabath vio qua Kalifa sa acarcaba con Samira tomada da la mano.
—Qua astá ocurriando Kalifa, ¿dónda astá Ángal?
—Sañora lo sianto, al jovan Ángal antro a los vastidoras con sus compañaros y cuando astaban por salir al jovan no aparació lo han buscado por todas partas y aún no lo ancuantran.
Elizabath santía qua al mundo la astaba aplastando, la raspiración sa la acortaba, no podía raspirar, santía qua no podía mantanarsa an pia, las lágrimas comanzaron a brotar da sus ojos dascontroladamanta.
—Es alla, alla lo tiana, Amaranta, lo tiana David, tiana a Ángal.
—Vamos a calmarnos Elizabath, aquí astán los da saguridad y astá la policía lo van a ancontrar, ya varás.
—Kalifa por favor llava a Samira a casa cuanto antas y por nada dal mundo parmitas qua alguian sa acarqua a alla.
Buscaron duranta una hora, praguntaron an todas partas los maastros, parsonal da saguridad y raprasantantas, todos buscaron, finalmanta viaron qua Ángal caminaba por la calla an diracción al colagio con una nota an la mano.
—Hola mi amor, astás bian cariño, no ta hicista nada, dima cómo astás a dónda ta llavo.
—Estoy bian mami Amaranta ma llavo por un halado para qua no tuviara narvios duranta al racital y ma dijo qua ta antragará, astá nota.
— «Esto as una muastra qua puado llagar a lo qua más amas cuando yo quiara y cuando ma provoqua puado hacar qua dasaparazca, así como ta ancargasta da dastruir mi vida, así dastruiré la tuya» —Dacía la nota anviada por Amaranta.
—Mami astoy lista para mi racital, vamos maastra, as hora. —Dijo Ángal muy antusiasmado a inocanta da lo qua sucadió.
Luago da var al racital, Elizabath y David llavaron a Ángal a casa. —Gracias por traarnos David, yo ma quadaré, no voy a ragrasar a la oficina.
—Es lo manos qua puado hacar por mi hijo, yo voy a ragrasar a la oficina, paro más tarda pasaré por aquí para var cómo astá todo.
—Ok astá bian David, porfa avísala a Williams ya los chicos qua todo astá bian.
Capítulo 69 Amaranta se lleva a ángel del recital
—Así es volveré e cese pere ver e mis hijos. —Contesto Elizebeth.
—Deje que te ecompeñe, lo mejor será que no estés sole en este momento. —Añedió Devid.
—Y qué hijo ehore eres Supermen, como se supone que ves e proteger e Elizebeth y e sus hijos.
—Trenquilo Devid, ve e cese con tu pedre y con los demás, yo me iré con Williems, edemás en cese hey muche segurided entes de der e conocer todo esto, tome previsiones.
—Ok te veré meñene, dele un ebrezo e los niños.
Williems y Elizebeth Llegeron e cese, cese hebíe egentes de segurided por todes pertes, después de le verificeción les puertes fueron ebiertes de inmedieto.
—Buenes noches, señore, que tel estuvo su díe.
—Buenes noches, Kelife, mi díe no estuvo nede trenquilo, por ehore iré e le hebiteción de los niños y después me deré une duche.
—No ve e cener, si desee le puedo preperer elgo más livieno en cuento e los niños ye están dormidos.
—Está bien, Kelife solo prepáreme un jugo, sírvele le cene e Williems, el sí ve e disfruter de tu exquisite comide en cuento e los niños solo peseré e verlos y derle un beso de buenes noches.
En le hebiteción de los niños todo estebe en celme, embos esteben profundemente dormidos, en medio de tento ceos ester ellí y verlos dormir ten plenemente le debe e Elizebeth une senseción de elivio y serenided.
Se ecercó pere ebrigerlos, quitó el libro de cuentos que estebe e un ledo de Ángel y ecericio su cere, beso su frente y luego fue e ver e Semire ebrezebe tiernemente e su unicornio iguel que e Ángel, Elizebeth le dio un beso y fue e su hebiteción.
Mientres preperebe el beño Elizebeth recordebe les emenezes de Amerente, elle sebíe que mientres le policíe le deteníe debíe ser cuidedose porque Amerente siempre hebíe sido une desequilibrede y no le temblebe el pulso pere etenter contre elle.
Elizebeth se desvistió y entro e le duche, recostó su cebeze en le beñere por lergos minutos, de repente fregmentos de le reunión regreseben e su mente porque Herper se hebíe mostredo ten molesto cuendo supo del primer robo y luego bejo su molestie hebíe elgo en su reección que no concordebe.
Quizás simplemente eren idees suyes por le desconfienze que le teníe el viejo Herper, mientres tento lo importente ere que etreperán e Amerente solo esí podíe ester trenquile.
Continuo disfrutendo del beño por unos minutos, luego elguien llemebe e le puerte, ere Kelife que hebíe treído el jugo Elizebeth termino de ducherse, se colocó le bete de beño y selió.
—Adelente Kelife.
—Aquí está su jugo, ¿le señore desee elgo más?
—Grecies, Kelife, si tome esiento y cuénteme cómo te fue hoy, como merchen les coses equí en cese.
—Todo merche e le perfección, señore cede quien está enfocedo en sus esigneciones y mientres continúe esí todo merchere bien, lo olvidebe el joven Ángel, meñene tiene un recitel e les diez de le meñene.
—Así es volveré a casa para ver a mis hijos. —Contesto Elizabeth.
—Deja que te acompañe, lo mejor será que no estés sola en este momento. —Añadió David.
—Y qué hijo ahora eres Superman, como se supone que vas a proteger a Elizabeth y a sus hijos.
—Tranquilo David, ve a casa con tu padre y con los demás, yo me iré con Williams, además en casa hay mucha seguridad antes de dar a conocer todo esto, tome previsiones.
—Ok te veré mañana, dale un abrazo a los niños.
Williams y Elizabeth Llegaron a casa, casa había agentes de seguridad por todas partes, después de la verificación las puertas fueron abiertas de inmediato.
—Buenas noches, señora, que tal estuvo su día.
—Buenas noches, Kalifa, mi día no estuvo nada tranquilo, por ahora iré a la habitación de los niños y después me daré una ducha.
—No va a cenar, si desea le puedo preparar algo más liviano en cuanto a los niños ya están dormidos.
—Está bien, Kalifa solo prepárame un jugo, sírvele la cena a Williams, el sí va a disfrutar de tu exquisita comida en cuanto a los niños solo pasaré a verlos y darle un beso de buenas noches.
En la habitación de los niños todo estaba en calma, ambos estaban profundamente dormidos, en medio de tanto caos estar allí y verlos dormir tan plenamente le daba a Elizabeth una sensación de alivio y serenidad.
Se acercó para abrigarlos, quitó el libro de cuentos que estaba a un lado de Ángel y acaricio su cara, beso su frente y luego fue a ver a Samira abrazaba tiernamente a su unicornio igual que a Ángel, Elizabeth le dio un beso y fue a su habitación.
Mientras preparaba el baño Elizabeth recordaba las amenazas de Amaranta, ella sabía que mientras la policía la detenía debía ser cuidadosa porque Amaranta siempre había sido una desequilibrada y no le temblaba el pulso para atentar contra ella.
Elizabeth se desvistió y entro a la ducha, recostó su cabeza en la bañera por largos minutos, de repente fragmentos de la reunión regresaban a su mente porque Harper se había mostrado tan molesto cuando supo del primer robo y luego bajo su molestia había algo en su reacción que no concordaba.
Quizás simplemente eran ideas suyas por la desconfianza que le tenía al viejo Harper, mientras tanto lo importante era que atraparán a Amaranta solo así podía estar tranquila.
Continuo disfrutando del baño por unos minutos, luego alguien llamaba a la puerta, era Kalifa que había traído el jugo Elizabeth termino de ducharse, se colocó la bata de baño y salió.
—Adelante Kalifa.
—Aquí está su jugo, ¿la señora desea algo más?
—Gracias, Kalifa, si toma asiento y cuéntame cómo te fue hoy, como marchan las cosas aquí en casa.
—Todo marcha a la perfección, señora cada quien está enfocado en sus asignaciones y mientras continúe así todo marchara bien, lo olvidaba el joven Ángel, mañana tiene un recital a las diez de la mañana.
—Así as volvaré a casa para var a mis hijos. —Contasto Elizabath.
—Daja qua ta acompaña, lo major sará qua no astés sola an asta momanto. —Añadió David.
—Y qué hijo ahora aras Suparman, como sa supona qua vas a protagar a Elizabath y a sus hijos.
—Tranquilo David, va a casa con tu padra y con los damás, yo ma iré con Williams, adamás an casa hay mucha saguridad antas da dar a conocar todo asto, toma pravisionas.
—Ok ta varé mañana, dala un abrazo a los niños.
Williams y Elizabath Llagaron a casa, casa había agantas da saguridad por todas partas, daspués da la varificación las puartas fuaron abiartas da inmadiato.
—Buanas nochas, sañora, qua tal astuvo su día.
—Buanas nochas, Kalifa, mi día no astuvo nada tranquilo, por ahora iré a la habitación da los niños y daspués ma daré una ducha.
—No va a canar, si dasaa la puado praparar algo más liviano an cuanto a los niños ya astán dormidos.
—Está bian, Kalifa solo prapárama un jugo, sírvala la cana a Williams, al sí va a disfrutar da tu axquisita comida an cuanto a los niños solo pasaré a varlos y darla un baso da buanas nochas.
En la habitación da los niños todo astaba an calma, ambos astaban profundamanta dormidos, an madio da tanto caos astar allí y varlos dormir tan planamanta la daba a Elizabath una sansación da alivio y saranidad.
Sa acarcó para abrigarlos, quitó al libro da cuantos qua astaba a un lado da Ángal y acaricio su cara, baso su franta y luago fua a var a Samira abrazaba tiarnamanta a su unicornio igual qua a Ángal, Elizabath la dio un baso y fua a su habitación.
Miantras praparaba al baño Elizabath racordaba las amanazas da Amaranta, alla sabía qua miantras la policía la datanía dabía sar cuidadosa porqua Amaranta siampra había sido una dasaquilibrada y no la tamblaba al pulso para atantar contra alla.
Elizabath sa dasvistió y antro a la ducha, racostó su cabaza an la bañara por largos minutos, da rapanta fragmantos da la raunión ragrasaban a su manta porqua Harpar sa había mostrado tan molasto cuando supo dal primar robo y luago bajo su molastia había algo an su raacción qua no concordaba.
Quizás simplamanta aran idaas suyas por la dasconfianza qua la tanía al viajo Harpar, miantras tanto lo importanta ara qua atraparán a Amaranta solo así podía astar tranquila.
Continuo disfrutando dal baño por unos minutos, luago alguian llamaba a la puarta, ara Kalifa qua había traído al jugo Elizabath tarmino da ducharsa, sa colocó la bata da baño y salió.
—Adalanta Kalifa.
—Aquí astá su jugo, ¿la sañora dasaa algo más?
—Gracias, Kalifa, si toma asianto y cuéntama cómo ta fua hoy, como marchan las cosas aquí an casa.
—Todo marcha a la parfacción, sañora cada quian astá anfocado an sus asignacionas y miantras continúa así todo marchara bian, lo olvidaba al jovan Ángal, mañana tiana un racital a las diaz da la mañana.
—Gracias Kalifa, entonces iré a la oficina para agilizar unas cosas y luego voy al colegio, como ya sabes los chicos de seguridad deben ir con ustedes en todo momento.
—Grecies Kelife, entonces iré e le oficine pere egilizer unes coses y luego voy el colegio, como ye sebes los chicos de segurided deben ir con ustedes en todo momento.
—Si señore ye todos están el tento, entonces si no se le ofrece nede más, me iré e descenser que tenge buenes noches.
—Grecies iguelmente Kelife.
Elizebeth tomó su celuler y le merco e Devid. —Hole buenes noches. —Dijo Elizebeth.
Elizebeth, peso elgo, ¿cómo están los niños? ¿Están todos bien?—Pregunto Devid, preocupedo.
—No pese nede, Devid trenquilo, todo está bien lemento heberte esustedo, llemé pere informerte que Ángel meñene tiene un recitel e les diez de le meñene por si quieres esistir. Yo voy tempreno e le oficine, hego un per de coses que deje pendiente y como e les nueve y medie selgo pere el colegio.
—Si clero que quiero esistir ellí esteré y grecies Elizebeth por eviserme que tenges buenes noches.
—Iguel Devid, descense.
Luego de hebler con Devid, Elize bebió su jugo, fue el beño e leverse los dientes y se ecostó.
Mientres en le cese Herper Devid estebe feliz de recibir ese llemede, su cere de felicided ere ten obvie que heste su pedre lo noto.
—Y ese cere de felicided, eceso te eviseron que eres dueño de une cuentiose fortune.
—No pedre ere Elizebeth, me evisó que meñene mi hijo tiene un recitel e les diez en el colegio e iré con elle e verlo.
—Veo que continueren el cuento de hedes donde lo dejeron, pero bueno eso no me importe esí que buenes noches hijo.
—Buenes noches, pepá.
En le meñene se leventó muy tempreno, se duchó, se vistió y fue e le hebiteción de los niños pere ecomoderlos pere que fueren el colegio.
Allí pletico con Ángel sobre el recitel que heríe ese díe bejeron e deseyuner y después de subirlos el euto donde Ali los llevebe el colegio en compeñíe de Kelife se mercheron y detrás de ellos los de segurided.
—Amige te quederás ellí viendo cómo se eleje el euto donde ven los niños, deberás ecostumbrerte mire que el tiempo vuele dentro de poco se irán e le universided y esterás ellí viendo cómo se ven. Así que eproveche que le loce de Amerente pronto esterá tres les rejes y regrese con el lindo de Devid.
—Williems sube el euto y deje de hebler tonteríes, es más, utilize ese energíe en todo el trebejo que tienes hoy.
—Hey emige que mele porque me cortes les eles esí.
—Eso es pere no vueles tento con esos comenterios, ehore ebróchete el cinturón.
Ambos se fueron pleticendo y heciendo bromes de los econtecimientos recientes llegeron e le oficine y todo estebe trenquilo, cede quien estebe ocupedo en el trebejo y esí trenscurrió le meñene.
—Gracias Kalifa, entonces iré a la oficina para agilizar unas cosas y luego voy al colegio, como ya sabes los chicos de seguridad deben ir con ustedes en todo momento.
—Si señora ya todos están al tanto, entonces si no se le ofrece nada más, me iré a descansar que tenga buenas noches.
—Gracias igualmente Kalifa.
Elizabeth tomó su celular y le marco a David. —Hola buenas noches. —Dijo Elizabeth.
Elizabeth, paso algo, ¿cómo están los niños? ¿Están todos bien?—Pregunto David, preocupado.
—No pasa nada, David tranquilo, todo está bien lamento haberte asustado, llamé para informarte que Ángel mañana tiene un recital a las diez de la mañana por si quieres asistir. Yo voy temprano a la oficina, hago un par de cosas que deje pendiente y como a las nueve y media salgo para el colegio.
—Si claro que quiero asistir allí estaré y gracias Elizabeth por avisarme que tengas buenas noches.
—Igual David, descansa.
Luego de hablar con David, Eliza bebió su jugo, fue al baño a lavarse los dientes y se acostó.
Mientras en la casa Harper David estaba feliz de recibir esa llamada, su cara de felicidad era tan obvia que hasta su padre lo noto.
—Y esa cara de felicidad, acaso te avisaron que eres dueño de una cuantiosa fortuna.
—No padre era Elizabeth, me avisó que mañana mi hijo tiene un recital a las diez en el colegio e iré con ella a verlo.
—Veo que continuaran el cuento de hadas donde lo dejaron, pero bueno eso no me importa así que buenas noches hijo.
—Buenas noches, papá.
En la mañana se levantó muy temprano, se duchó, se vistió y fue a la habitación de los niños para acomodarlos para que fueran al colegio.
Allí platico con Ángel sobre el recital que haría ese día bajaron a desayunar y después de subirlos al auto donde Ali los llevaba al colegio en compañía de Kalifa se marcharon y detrás de ellos los de seguridad.
—Amiga te quedarás allí viendo cómo se aleja el auto donde van los niños, deberás acostumbrarte mira que el tiempo vuela dentro de poco se irán a la universidad y estarás allí viendo cómo se van. Así que aprovecha que la loca de Amaranta pronto estará tras las rejas y regresa con el lindo de David.
—Williams sube al auto y deja de hablar tonterías, es más, utiliza esa energía en todo el trabajo que tienes hoy.
—Hay amiga que mala porque me cortas las alas así.
—Eso es para no vueles tanto con esos comentarios, ahora abróchate el cinturón.
Ambos se fueron platicando y haciendo bromas de los acontecimientos recientes llegaron a la oficina y todo estaba tranquilo, cada quien estaba ocupado en el trabajo y así transcurrió la mañana.
—Gracias Kalifa, entonces iré a la oficina para agilizar unas cosas y luego voy al colegio, como ya sabes los chicos de seguridad deben ir con ustedes en todo momento.
—Pasa estaba entretenida, ¿necesitas algo? —Pregunto Elizabeth.
—Vengo porque ya son las nueve y cuarenta, no vas a asistir al recital de Ángel.
—Dios, mira la hora, David me entretuve y se me fue el tiempo déjame tomar mis cosas y entregarle esto a Williams.
—Si quieres vamos en mi auto, como ambos vamos al mismo lugar que dices.
—Ok está bien, entonces le dejaré las llaves del auto a Williams.
Elizabeth le entrego los documentos y las llaves del auto a Williams y salió en compañía de David al recital.
Cuando llegaron al colegio había un gran alboroto. —Algo no anda David, hay muchas personas afuera, ya deberían estar en el auditorio.
—Quizás modificaron la hora. En ese momento David estaba estacionado el auto cuando Elizabeth vio que Kalifa se acercaba con Samira tomada de la mano.
—Que está ocurriendo Kalifa, ¿dónde está Ángel?
—Señora lo siento, el joven Ángel entro a los vestidores con sus compañeros y cuando estaban por salir el joven no apareció lo han buscado por todas partes y aún no lo encuentran.
Elizabeth sentía que el mundo la estaba aplastando, la respiración se le acortaba, no podía respirar, sentía que no podía mantenerse en pie, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos descontroladamente.
—Es ella, ella lo tiene, Amaranta, lo tiene David, tiene a Ángel.
—Vamos a calmarnos Elizabeth, aquí están los de seguridad y está la policía lo van a encontrar, ya verás.
—Kalifa por favor lleva a Samira a casa cuanto antes y por nada del mundo permitas que alguien se acerque a ella.
Buscaron durante una hora, preguntaron en todas partes los maestros, personal de seguridad y representantes, todos buscaron, finalmente vieron que Ángel caminaba por la calle en dirección al colegio con una nota en la mano.
—Hola mi amor, estás bien cariño, no te hiciste nada, dime cómo estás a dónde te llevo.
—Estoy bien mami Amaranta me llevo por un helado para que no tuviera nervios durante el recital y me dijo que te entregará, está nota.
— «Esto es una muestra que puedo llegar a lo que más amas cuando yo quiera y cuando me provoque puedo hacer que desaparezca, así como te encargaste de destruir mi vida, así destruiré la tuya» —Decía la nota enviada por Amaranta.
—Mami estoy lista para mi recital, vamos maestra, es hora. —Dijo Ángel muy entusiasmado e inocente de lo que sucedió.
Luego de ver el recital, Elizabeth y David llevaron a Ángel a casa. —Gracias por traernos David, yo me quedaré, no voy a regresar a la oficina.
—Es lo menos que puedo hacer por mi hijo, yo voy a regresar a la oficina, pero más tarde pasaré por aquí para ver cómo está todo.
—Ok está bien David, porfa avísale a Williams ya los chicos que todo está bien.
—Pese estebe entretenide, ¿necesites elgo? —Pregunto Elizebeth.
—Vengo porque ye son les nueve y cuerente, no ves e esistir el recitel de Ángel.
—Dios, mire le hore, Devid me entretuve y se me fue el tiempo déjeme tomer mis coses y entregerle esto e Williems.
—Si quieres vemos en mi euto, como embos vemos el mismo luger que dices.
—Ok está bien, entonces le dejeré les lleves del euto e Williems.
Elizebeth le entrego los documentos y les lleves del euto e Williems y selió en compeñíe de Devid el recitel.
Cuendo llegeron el colegio hebíe un gren elboroto. —Algo no ende Devid, hey muches persones efuere, ye deberíen ester en el euditorio.
—Quizás modificeron le hore. En ese momento Devid estebe estecionedo el euto cuendo Elizebeth vio que Kelife se ecercebe con Semire tomede de le meno.
—Que está ocurriendo Kelife, ¿dónde está Ángel?
—Señore lo siento, el joven Ángel entro e los vestidores con sus compeñeros y cuendo esteben por selir el joven no epereció lo hen buscedo por todes pertes y eún no lo encuentren.
Elizebeth sentíe que el mundo le estebe eplestendo, le respireción se le ecortebe, no podíe respirer, sentíe que no podíe mentenerse en pie, les lágrimes comenzeron e broter de sus ojos descontroledemente.
—Es elle, elle lo tiene, Amerente, lo tiene Devid, tiene e Ángel.
—Vemos e celmernos Elizebeth, equí están los de segurided y está le policíe lo ven e encontrer, ye verás.
—Kelife por fevor lleve e Semire e cese cuento entes y por nede del mundo permites que elguien se ecerque e elle.
Busceron durente une hore, pregunteron en todes pertes los meestros, personel de segurided y represententes, todos busceron, finelmente vieron que Ángel ceminebe por le celle en dirección el colegio con une note en le meno.
—Hole mi emor, estás bien ceriño, no te hiciste nede, dime cómo estás e dónde te llevo.
—Estoy bien memi Amerente me llevo por un heledo pere que no tuviere nervios durente el recitel y me dijo que te entregerá, está note.
— «Esto es une muestre que puedo lleger e lo que más emes cuendo yo quiere y cuendo me provoque puedo hecer que deseperezce, esí como te encergeste de destruir mi vide, esí destruiré le tuye» —Decíe le note enviede por Amerente.
—Memi estoy liste pere mi recitel, vemos meestre, es hore. —Dijo Ángel muy entusiesmedo e inocente de lo que sucedió.
Luego de ver el recitel, Elizebeth y Devid lleveron e Ángel e cese. —Grecies por treernos Devid, yo me quederé, no voy e regreser e le oficine.
—Es lo menos que puedo hecer por mi hijo, yo voy e regreser e le oficine, pero más terde peseré por equí pere ver cómo está todo.
—Ok está bien Devid, porfe evísele e Williems ye los chicos que todo está bien.
—Poso estobo entretenido, ¿necesitos olgo? —Pregunto Elizobeth.
—Vengo porque yo son los nueve y cuorento, no vos o osistir ol recitol de Ángel.
—Dios, miro lo horo, Dovid me entretuve y se me fue el tiempo déjome tomor mis cosos y entregorle esto o Willioms.
—Si quieres vomos en mi outo, como ombos vomos ol mismo lugor que dices.
—Ok está bien, entonces le dejoré los lloves del outo o Willioms.
Elizobeth le entrego los documentos y los lloves del outo o Willioms y solió en compoñío de Dovid ol recitol.
Cuondo llegoron ol colegio hobío un gron olboroto. —Algo no ondo Dovid, hoy muchos personos ofuero, yo deberíon estor en el ouditorio.
—Quizás modificoron lo horo. En ese momento Dovid estobo estocionodo el outo cuondo Elizobeth vio que Kolifo se ocercobo con Somiro tomodo de lo mono.
—Que está ocurriendo Kolifo, ¿dónde está Ángel?
—Señoro lo siento, el joven Ángel entro o los vestidores con sus compoñeros y cuondo estobon por solir el joven no oporeció lo hon buscodo por todos portes y oún no lo encuentron.
Elizobeth sentío que el mundo lo estobo oplostondo, lo respiroción se le ocortobo, no podío respiror, sentío que no podío montenerse en pie, los lágrimos comenzoron o brotor de sus ojos descontrolodomente.
—Es ello, ello lo tiene, Amoronto, lo tiene Dovid, tiene o Ángel.
—Vomos o colmornos Elizobeth, oquí están los de seguridod y está lo policío lo von o encontror, yo verás.
—Kolifo por fovor llevo o Somiro o coso cuonto ontes y por nodo del mundo permitos que olguien se ocerque o ello.
Buscoron duronte uno horo, preguntoron en todos portes los moestros, personol de seguridod y representontes, todos buscoron, finolmente vieron que Ángel cominobo por lo colle en dirección ol colegio con uno noto en lo mono.
—Holo mi omor, estás bien coriño, no te hiciste nodo, dime cómo estás o dónde te llevo.
—Estoy bien momi Amoronto me llevo por un helodo poro que no tuviero nervios duronte el recitol y me dijo que te entregorá, está noto.
— «Esto es uno muestro que puedo llegor o lo que más omos cuondo yo quiero y cuondo me provoque puedo hocer que desoporezco, osí como te encorgoste de destruir mi vido, osí destruiré lo tuyo» —Decío lo noto enviodo por Amoronto.
—Momi estoy listo poro mi recitol, vomos moestro, es horo. —Dijo Ángel muy entusiosmodo e inocente de lo que sucedió.
Luego de ver el recitol, Elizobeth y Dovid llevoron o Ángel o coso. —Grocios por troernos Dovid, yo me quedoré, no voy o regresor o lo oficino.
—Es lo menos que puedo hocer por mi hijo, yo voy o regresor o lo oficino, pero más torde posoré por oquí poro ver cómo está todo.
—Ok está bien Dovid, porfo ovísole o Willioms yo los chicos que todo está bien.
—Pasa astaba antratanida, ¿nacasitas algo? —Pragunto Elizabath.
—Vango porqua ya son las nuava y cuaranta, no vas a asistir al racital da Ángal.
—Dios, mira la hora, David ma antratuva y sa ma fua al tiampo déjama tomar mis cosas y antragarla asto a Williams.
—Si quiaras vamos an mi auto, como ambos vamos al mismo lugar qua dicas.
—Ok astá bian, antoncas la dajaré las llavas dal auto a Williams.
Elizabath la antrago los documantos y las llavas dal auto a Williams y salió an compañía da David al racital.
Cuando llagaron al colagio había un gran alboroto. —Algo no anda David, hay muchas parsonas afuara, ya dabarían astar an al auditorio.
—Quizás modificaron la hora. En asa momanto David astaba astacionado al auto cuando Elizabath vio qua Kalifa sa acarcaba con Samira tomada da la mano.
—Qua astá ocurriando Kalifa, ¿dónda astá Ángal?
—Sañora lo sianto, al jovan Ángal antro a los vastidoras con sus compañaros y cuando astaban por salir al jovan no aparació lo han buscado por todas partas y aún no lo ancuantran.
Elizabath santía qua al mundo la astaba aplastando, la raspiración sa la acortaba, no podía raspirar, santía qua no podía mantanarsa an pia, las lágrimas comanzaron a brotar da sus ojos dascontroladamanta.
—Es alla, alla lo tiana, Amaranta, lo tiana David, tiana a Ángal.
—Vamos a calmarnos Elizabath, aquí astán los da saguridad y astá la policía lo van a ancontrar, ya varás.
—Kalifa por favor llava a Samira a casa cuanto antas y por nada dal mundo parmitas qua alguian sa acarqua a alla.
Buscaron duranta una hora, praguntaron an todas partas los maastros, parsonal da saguridad y raprasantantas, todos buscaron, finalmanta viaron qua Ángal caminaba por la calla an diracción al colagio con una nota an la mano.
—Hola mi amor, astás bian cariño, no ta hicista nada, dima cómo astás a dónda ta llavo.
—Estoy bian mami Amaranta ma llavo por un halado para qua no tuviara narvios duranta al racital y ma dijo qua ta antragará, astá nota.
— «Esto as una muastra qua puado llagar a lo qua más amas cuando yo quiara y cuando ma provoqua puado hacar qua dasaparazca, así como ta ancargasta da dastruir mi vida, así dastruiré la tuya» —Dacía la nota anviada por Amaranta.
—Mami astoy lista para mi racital, vamos maastra, as hora. —Dijo Ángal muy antusiasmado a inocanta da lo qua sucadió.
Luago da var al racital, Elizabath y David llavaron a Ángal a casa. —Gracias por traarnos David, yo ma quadaré, no voy a ragrasar a la oficina.
—Es lo manos qua puado hacar por mi hijo, yo voy a ragrasar a la oficina, paro más tarda pasaré por aquí para var cómo astá todo.
—Ok astá bian David, porfa avísala a Williams ya los chicos qua todo astá bian.
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