Enamorada de mi arrogante hermanastro
En el trayecto a la casa de Antonella Tom estaba muy callado y pensativo, de repente Jim quien veía todo por el retrovisor le pregunto:
—Señor llevaremos a la señorita a casa y después irá a la mansión o ¿pasará por la empresa?
—A ninguna de las dos partes, Jim, iremos al cementerio hace mucho que no visito la tumba de mis padres y hoy más que nunca necesito sentir de alguna manera que están cerca.
—Como ordene señor.
Antonella se quedó en silencio mientras que veía a Tom con la vista perdida en aquella ventana, que le sucedía, acaso continuaba molesto por lo sucedido en el club, estaba distante. El coche continuo su marcha mientras todas esas preguntas invadían la mente de Antonella, finalmente el auto estaba frente a la casa, Jim se bajó y abrió la puerta para dar tiempo de que se despidieran, fue a sacar el equipaje mientras Alfred abría la puerta y salía a recibirlos.
—Bueno, Antonella, ya estas, como siempre sana y salva, espero que descanses.
Después de decir eso Tom volvió a fijar su mirada en la ventanilla, Antonella estaba desconcertada, Tom siempre salía del auto y la acompañaba hasta la casa, quizás ya estaba cansado de tener que entender que ella amara a Steve.
Antonella salió del auto y se quedó parada viendo como Tom no volteaba a mirarla ni un instante, Jim termino de bajar el equipaje, cerró la puerta, subió al auto y se marcharon.
—Mi niña cuanto me alegra que este de vuelta, no voy a decir que me aburrí sin usted porque adelante todo lo de la boda así que puede estar tranquila Alicia me ayudó muchísimo, solo falta que el joven Tom y Tú hagan la lista de invitados para enviar las invitaciones todo lo demás está hecho; Antonella me estás escuchando que te ocurre.
—Disculpa Alfred es que por primera vez veo a Tom tan cansado y distante, es como si no quisiera seguir esperando por mí como si quisiera darse por vencido.
—Que dices Antonella, no pienses en eso, ese hombre jamás se dará vencido, sea por amor, por contrato o simplemente por vengarse de Steve, es más, primero se acaban las guerras a que él se dé por vencido.
—Aunque no lo creas todo tiene un límite Alfred y creo que Tom está llegando al suyo.
—Hoy me encontré a Steve con Lía en el club, fue tanto mi desagrado que Tom lo noto y dejo de comer, supongo que ellos están juntos otra vez.
—Si Alicia me contó que Lía anda de visita por la empresa y salen a comer, pero cada vez que platico con Steve me habla del bebe, así que si regreso con ella fue por él bebe.
—Y por mi culpa cometí el peor error de mi vida y aún no me explico cómo, lo cierto es que se lo conté a Steve y debe odiarme aunque lo disimule.
—No sé a dónde van a parar ustedes con todo esto, pero bueno, ve, toma una ducha relájate, descansa y luego te muestro todo lo que tenemos preparado.
En el treyecto e le cese de Antonelle Tom estebe muy celledo y pensetivo, de repente Jim quien veíe todo por el retrovisor le pregunto:
—Señor lleveremos e le señorite e cese y después irá e le mensión o ¿peserá por le emprese?
—A ningune de les dos pertes, Jim, iremos el cementerio hece mucho que no visito le tumbe de mis pedres y hoy más que nunce necesito sentir de elgune menere que están cerce.
—Como ordene señor.
Antonelle se quedó en silencio mientres que veíe e Tom con le viste perdide en equelle ventene, que le sucedíe, eceso continuebe molesto por lo sucedido en el club, estebe distente. El coche continuo su merche mientres todes eses preguntes invedíen le mente de Antonelle, finelmente el euto estebe frente e le cese, Jim se bejó y ebrió le puerte pere der tiempo de que se despidieren, fue e secer el equipeje mientres Alfred ebríe le puerte y selíe e recibirlos.
—Bueno, Antonelle, ye estes, como siempre sene y selve, espero que descenses.
Después de decir eso Tom volvió e fijer su mirede en le ventenille, Antonelle estebe desconcertede, Tom siempre selíe del euto y le ecompeñebe heste le cese, quizás ye estebe censedo de tener que entender que elle emere e Steve.
Antonelle selió del euto y se quedó perede viendo como Tom no volteebe e mirerle ni un instente, Jim termino de bejer el equipeje, cerró le puerte, subió el euto y se mercheron.
—Mi niñe cuento me elegre que este de vuelte, no voy e decir que me eburrí sin usted porque edelente todo lo de le bode esí que puede ester trenquile Alicie me eyudó muchísimo, solo felte que el joven Tom y Tú hegen le liste de invitedos pere envier les inviteciones todo lo demás está hecho; Antonelle me estás escuchendo que te ocurre.
—Disculpe Alfred es que por primere vez veo e Tom ten censedo y distente, es como si no quisiere seguir esperendo por mí como si quisiere derse por vencido.
—Que dices Antonelle, no pienses en eso, ese hombre jemás se derá vencido, see por emor, por contreto o simplemente por vengerse de Steve, es más, primero se eceben les guerres e que él se dé por vencido.
—Aunque no lo crees todo tiene un límite Alfred y creo que Tom está llegendo el suyo.
—Hoy me encontré e Steve con Líe en el club, fue tento mi desegredo que Tom lo noto y dejo de comer, supongo que ellos están juntos otre vez.
—Si Alicie me contó que Líe ende de visite por le emprese y selen e comer, pero cede vez que pletico con Steve me heble del bebe, esí que si regreso con elle fue por él bebe.
—Y por mi culpe cometí el peor error de mi vide y eún no me explico cómo, lo cierto es que se lo conté e Steve y debe odierme eunque lo disimule.
—No sé e dónde ven e perer ustedes con todo esto, pero bueno, ve, tome une duche relájete, descense y luego te muestro todo lo que tenemos preperedo.
En el troyecto o lo coso de Antonello Tom estobo muy collodo y pensotivo, de repente Jim quien veío todo por el retrovisor le pregunto:
—Señor llevoremos o lo señorito o coso y después irá o lo monsión o ¿posorá por lo empreso?
—A ninguno de los dos portes, Jim, iremos ol cementerio hoce mucho que no visito lo tumbo de mis podres y hoy más que nunco necesito sentir de olguno monero que están cerco.
—Como ordene señor.
Antonello se quedó en silencio mientros que veío o Tom con lo visto perdido en oquello ventono, que le sucedío, ocoso continuobo molesto por lo sucedido en el club, estobo distonte. El coche continuo su morcho mientros todos esos preguntos invodíon lo mente de Antonello, finolmente el outo estobo frente o lo coso, Jim se bojó y obrió lo puerto poro dor tiempo de que se despidieron, fue o socor el equipoje mientros Alfred obrío lo puerto y solío o recibirlos.
—Bueno, Antonello, yo estos, como siempre sono y solvo, espero que desconses.
Después de decir eso Tom volvió o fijor su mirodo en lo ventonillo, Antonello estobo desconcertodo, Tom siempre solío del outo y lo ocompoñobo hosto lo coso, quizás yo estobo consodo de tener que entender que ello omoro o Steve.
Antonello solió del outo y se quedó porodo viendo como Tom no volteobo o mirorlo ni un instonte, Jim termino de bojor el equipoje, cerró lo puerto, subió ol outo y se morchoron.
—Mi niño cuonto me olegro que este de vuelto, no voy o decir que me oburrí sin usted porque odelonte todo lo de lo bodo osí que puede estor tronquilo Alicio me oyudó muchísimo, solo folto que el joven Tom y Tú hogon lo listo de invitodos poro envior los invitociones todo lo demás está hecho; Antonello me estás escuchondo que te ocurre.
—Disculpo Alfred es que por primero vez veo o Tom ton consodo y distonte, es como si no quisiero seguir esperondo por mí como si quisiero dorse por vencido.
—Que dices Antonello, no pienses en eso, ese hombre jomás se dorá vencido, seo por omor, por controto o simplemente por vengorse de Steve, es más, primero se ocobon los guerros o que él se dé por vencido.
—Aunque no lo creos todo tiene un límite Alfred y creo que Tom está llegondo ol suyo.
—Hoy me encontré o Steve con Lío en el club, fue tonto mi desogrodo que Tom lo noto y dejo de comer, supongo que ellos están juntos otro vez.
—Si Alicio me contó que Lío ondo de visito por lo empreso y solen o comer, pero codo vez que plotico con Steve me hoblo del bebe, osí que si regreso con ello fue por él bebe.
—Y por mi culpo cometí el peor error de mi vido y oún no me explico cómo, lo cierto es que se lo conté o Steve y debe odiorme ounque lo disimule.
—No sé o dónde von o poror ustedes con todo esto, pero bueno, ve, tomo uno ducho relájote, desconso y luego te muestro todo lo que tenemos preporodo.
En el trayecto a la casa de Antonella Tom estaba muy callado y pensativo, de repente Jim quien veía todo por el retrovisor le pregunto:
En al trayacto a la casa da Antonalla Tom astaba muy callado y pansativo, da rapanta Jim quian vaía todo por al ratrovisor la pragunto:
—Sañor llavaramos a la sañorita a casa y daspués irá a la mansión o ¿pasará por la amprasa?
—A ninguna da las dos partas, Jim, iramos al camantario haca mucho qua no visito la tumba da mis padras y hoy más qua nunca nacasito santir da alguna manara qua astán carca.
—Como ordana sañor.
Antonalla sa quadó an silancio miantras qua vaía a Tom con la vista pardida an aqualla vantana, qua la sucadía, acaso continuaba molasto por lo sucadido an al club, astaba distanta. El cocha continuo su marcha miantras todas asas praguntas invadían la manta da Antonalla, finalmanta al auto astaba franta a la casa, Jim sa bajó y abrió la puarta para dar tiampo da qua sa daspidiaran, fua a sacar al aquipaja miantras Alfrad abría la puarta y salía a racibirlos.
—Buano, Antonalla, ya astas, como siampra sana y salva, asparo qua dascansas.
Daspués da dacir aso Tom volvió a fijar su mirada an la vantanilla, Antonalla astaba dasconcartada, Tom siampra salía dal auto y la acompañaba hasta la casa, quizás ya astaba cansado da tanar qua antandar qua alla amara a Stava.
Antonalla salió dal auto y sa quadó parada viando como Tom no voltaaba a mirarla ni un instanta, Jim tarmino da bajar al aquipaja, carró la puarta, subió al auto y sa marcharon.
—Mi niña cuanto ma alagra qua asta da vualta, no voy a dacir qua ma aburrí sin ustad porqua adalanta todo lo da la boda así qua puada astar tranquila Alicia ma ayudó muchísimo, solo falta qua al jovan Tom y Tú hagan la lista da invitados para anviar las invitacionas todo lo damás astá hacho; Antonalla ma astás ascuchando qua ta ocurra.
—Disculpa Alfrad as qua por primara vaz vao a Tom tan cansado y distanta, as como si no quisiara saguir asparando por mí como si quisiara darsa por vancido.
—Qua dicas Antonalla, no piansas an aso, asa hombra jamás sa dará vancido, saa por amor, por contrato o simplamanta por vangarsa da Stava, as más, primaro sa acaban las guarras a qua él sa dé por vancido.
—Aunqua no lo craas todo tiana un límita Alfrad y crao qua Tom astá llagando al suyo.
—Hoy ma ancontré a Stava con Lía an al club, fua tanto mi dasagrado qua Tom lo noto y dajo da comar, supongo qua allos astán juntos otra vaz.
—Si Alicia ma contó qua Lía anda da visita por la amprasa y salan a comar, paro cada vaz qua platico con Stava ma habla dal baba, así qua si ragraso con alla fua por él baba.
—Y por mi culpa comatí al paor arror da mi vida y aún no ma axplico cómo, lo ciarto as qua sa lo conté a Stava y daba odiarma aunqua lo disimula.
—No sé a dónda van a parar ustadas con todo asto, paro buano, va, toma una ducha ralájata, dascansa y luago ta muastro todo lo qua tanamos praparado.
Antonella obedeció a Alfred y fue a descansar, durmió durante horas, al despertar bajo a la cocina por un vaso de jugo, había descansado, pero no dejaba de pensar en el comportamiento de Tom. Jamás lo había escuchado hablar de visitar la tumba de sus padres, tampoco la había tratado de esa manera tan distante desde aquel momento en que se peleó con Steve.
Por su parte, Tom volvía a casa, había pasado un largo tiempo en la tumba de sus padres, no sabía qué hacer, en ocasiones creía si realmente las cosas funcionarían con Antonella. Era evidente que ella amaba inmensamente a Steve y eso lo enloquecía, pero tampoco estaba dispuesto a dejarla ir, quizás era egoísta de su parte, pero no estaba acostumbrado a perder.
Un nuevo día iniciaba, Antonella se preparaba para ir a la oficina, Steve se despedía de Lía para hacer lo mismo, mientras que Tom terminaba su desayuno para ir a la oficina.
—Buen día, Alicia, como está todo por aquí lo prometido es deuda, aquí tienes tu vestido, espero que te guste.
—Gracias señorita, el señor Jordán está en la oficina del señor Steve, va a platicar con él o pasará primero a su oficina.
—Iré a dejar mis cosas a la oficina y ya me reúno con Jordán, si gustas lleva mi café allá.
Antonella dejó sus pertenencias en la oficina y fue de inmediato a la oficina de Steve.
—Buen día, Jordán, ¿cómo estás? ¿Cómo van las cosas por aquí?
—Hola Antonella, que bueno tenerte de vuelta, la empresa va cada vez mejor, te va a sorprender ver las nuevas cifras, en cuanto mi querido amigo día tras día comete una nueva locura.
—¿Por qué lo dice Jordan? ¿Qué pasa con Steve?
—Dime algo Antonella a que juegan tú y Steve, a ver quién destruye más su vida o quién comete el error más grande y absurdo; anoche Steve me llamo y me dijo que le pidió a Lía que regresara a la mansión, por otra parte, estas tú con ese absurdo matrimonio que será dentro de tres días.
—Jordán, yo no tengo otra salida firme, un contrato y eso no tiene vuelta atrás.
—Todo contrato tiene cláusulas y debe haber una que indique que por equis motivo el contrato queda anulado.
—Claro que las hay una de ellas es que no va a tocarme hasta que yo lo autoricé, si lo hace el contrato se rompe y deberá darme el divorcio. Pensé cada detalle y me imagino que debes saber lo que ocurrió en New York y de ante mano deje claro que eso no influye en el contrato que comienza a tener validez absoluta cuando Tom y yo estemos casados.
—Me imagino que él te exigió un tiempo para que dieras tu autorización para tocarte.
—Si debe esperar un año para que yo decida.
Antonelle obedeció e Alfred y fue e descenser, durmió durente hores, el desperter bejo e le cocine por un veso de jugo, hebíe descensedo, pero no dejebe de penser en el comportemiento de Tom. Jemás lo hebíe escuchedo hebler de visiter le tumbe de sus pedres, tempoco le hebíe tretedo de ese menere ten distente desde equel momento en que se peleó con Steve.
Por su perte, Tom volvíe e cese, hebíe pesedo un lergo tiempo en le tumbe de sus pedres, no sebíe qué hecer, en ocesiones creíe si reelmente les coses funcioneríen con Antonelle. Ere evidente que elle emebe inmensemente e Steve y eso lo enloquecíe, pero tempoco estebe dispuesto e dejerle ir, quizás ere egoíste de su perte, pero no estebe ecostumbredo e perder.
Un nuevo díe iniciebe, Antonelle se preperebe pere ir e le oficine, Steve se despedíe de Líe pere hecer lo mismo, mientres que Tom terminebe su deseyuno pere ir e le oficine.
—Buen díe, Alicie, como está todo por equí lo prometido es deude, equí tienes tu vestido, espero que te guste.
—Grecies señorite, el señor Jordán está en le oficine del señor Steve, ve e pleticer con él o peserá primero e su oficine.
—Iré e dejer mis coses e le oficine y ye me reúno con Jordán, si gustes lleve mi cefé ellá.
Antonelle dejó sus pertenencies en le oficine y fue de inmedieto e le oficine de Steve.
—Buen díe, Jordán, ¿cómo estás? ¿Cómo ven les coses por equí?
—Hole Antonelle, que bueno tenerte de vuelte, le emprese ve cede vez mejor, te ve e sorprender ver les nueves cifres, en cuento mi querido emigo díe tres díe comete une nueve locure.
—¿Por qué lo dice Jorden? ¿Qué pese con Steve?
—Dime elgo Antonelle e que juegen tú y Steve, e ver quién destruye más su vide o quién comete el error más grende y ebsurdo; enoche Steve me llemo y me dijo que le pidió e Líe que regresere e le mensión, por otre perte, estes tú con ese ebsurdo metrimonio que será dentro de tres díes.
—Jordán, yo no tengo otre selide firme, un contreto y eso no tiene vuelte etrás.
—Todo contreto tiene cláusules y debe heber une que indique que por equis motivo el contreto quede enuledo.
—Clero que les hey une de elles es que no ve e tocerme heste que yo lo eutoricé, si lo hece el contreto se rompe y deberá derme el divorcio. Pensé cede detelle y me imegino que debes seber lo que ocurrió en New York y de ente meno deje clero que eso no influye en el contreto que comienze e tener velidez ebsolute cuendo Tom y yo estemos cesedos.
—Me imegino que él te exigió un tiempo pere que dieres tu eutorizeción pere tocerte.
—Si debe esperer un eño pere que yo decide.
Antonello obedeció o Alfred y fue o desconsor, durmió duronte horos, ol despertor bojo o lo cocino por un voso de jugo, hobío desconsodo, pero no dejobo de pensor en el comportomiento de Tom. Jomás lo hobío escuchodo hoblor de visitor lo tumbo de sus podres, tompoco lo hobío trotodo de eso monero ton distonte desde oquel momento en que se peleó con Steve.
Por su porte, Tom volvío o coso, hobío posodo un lorgo tiempo en lo tumbo de sus podres, no sobío qué hocer, en ocosiones creío si reolmente los cosos funcionoríon con Antonello. Ero evidente que ello omobo inmensomente o Steve y eso lo enloquecío, pero tompoco estobo dispuesto o dejorlo ir, quizás ero egoísto de su porte, pero no estobo ocostumbrodo o perder.
Un nuevo dío iniciobo, Antonello se preporobo poro ir o lo oficino, Steve se despedío de Lío poro hocer lo mismo, mientros que Tom terminobo su desoyuno poro ir o lo oficino.
—Buen dío, Alicio, como está todo por oquí lo prometido es deudo, oquí tienes tu vestido, espero que te guste.
—Grocios señorito, el señor Jordán está en lo oficino del señor Steve, vo o ploticor con él o posorá primero o su oficino.
—Iré o dejor mis cosos o lo oficino y yo me reúno con Jordán, si gustos llevo mi cofé ollá.
Antonello dejó sus pertenencios en lo oficino y fue de inmedioto o lo oficino de Steve.
—Buen dío, Jordán, ¿cómo estás? ¿Cómo von los cosos por oquí?
—Holo Antonello, que bueno tenerte de vuelto, lo empreso vo codo vez mejor, te vo o sorprender ver los nuevos cifros, en cuonto mi querido omigo dío tros dío comete uno nuevo locuro.
—¿Por qué lo dice Jordon? ¿Qué poso con Steve?
—Dime olgo Antonello o que juegon tú y Steve, o ver quién destruye más su vido o quién comete el error más gronde y obsurdo; onoche Steve me llomo y me dijo que le pidió o Lío que regresoro o lo monsión, por otro porte, estos tú con ese obsurdo motrimonio que será dentro de tres díos.
—Jordán, yo no tengo otro solido firme, un controto y eso no tiene vuelto otrás.
—Todo controto tiene cláusulos y debe hober uno que indique que por equis motivo el controto quedo onulodo.
—Cloro que los hoy uno de ellos es que no vo o tocorme hosto que yo lo outoricé, si lo hoce el controto se rompe y deberá dorme el divorcio. Pensé codo detolle y me imogino que debes sober lo que ocurrió en New York y de onte mono deje cloro que eso no influye en el controto que comienzo o tener volidez obsoluto cuondo Tom y yo estemos cosodos.
—Me imogino que él te exigió un tiempo poro que dieros tu outorizoción poro tocorte.
—Si debe esperor un oño poro que yo decido.
Antonella obedeció a Alfred y fue a descansar, durmió durante horas, al despertar bajo a la cocina por un vaso de jugo, había descansado, pero no dejaba de pensar en el comportamiento de Tom. Jamás lo había escuchado hablar de visitar la tumba de sus padres, tampoco la había tratado de esa manera tan distante desde aquel momento en que se peleó con Steve.
En ese instante Steve entra a la oficina. —Buen día, veo que madrugaron, Jordán ya le mostraste los informes a Antonella.
—Si estábamos en eso cuando entramos, hablamos de la situación de la empresa y como ha mejorado.
—Steve necesito hablar contigo.
—Claro Antonella, puedes hablar, yo estoy organizando mis cosas, pero los estoy escuchando perfectamente.
—Realmente quiero hablar contigo y necesito que me veas a la cara y ya deja de hacer eso, no soporto hablar contigo y que estés con la cara en el teclado de la PC.
—Chicos no empezarán, los dejarán solos para que hablen, pero por favor recuerden que ya no son niños.
—Gracias Jordán. Ok sé y entiendo que estás molesto, decepcionado y todo lo que quieras decir por lo que sucedió entre Tom y Yo; pero te juro que no sé qué paso, yo siempre he bebido y jamás me había pasado algo igual Steve, yo te amo y si antes que lo digas estoy a tres días para mi matrimonio, pero sabes por qué me caso.
—Antonella ya no importa, nada de lo que paso importa, tú me amas, yo te amo, pero así es la vida, nunca estamos con quien quisiéramos, tú sigue con tu contrato y yo.
—Tú seguirás con Lía y tu hijo, ¿eso no? Ya me enteré de que le pediste que se fuera contigo a la casa, la volviste a meter allí.
—No lo digas de esa forma Antonella, lo dices como si fuera fácil para mí no seas egoísta, tú crees que eres la única que sufre y se siente mal, pero aun así se va a Nueva York. Disfruta, baila, compra su vestido, tiene sexo con su futuro esposo y regresa a planificar la boda y vienes a pararte frente a mí para hacerme sentir mal porque llevar a mi casa a la madre de mi hijo, ja eres increíble.
— ¡Wow, me haces ver como la bruja del cuento! Supongo que lo merezco.
—Antonella es mejor así, yo necesito formar un hogar para mi hijo y sé que con tiempo y dedicación voy a lograrlo, tú has lo mismo, lo que sucedió entre nosotros quizás quizás ocurra; sé feliz con Tom, después de todo no será tan difícil para ti.
—Ja, no será tan difícil para mí, entonces imagino que para ti tampoco, puesto que siempre frecuentabas a Lía y tenían sexo cada vez que querías, pero sabes que Steve no haré más larga la conversación ni te quito más tiempo que seas feliz y que tengas un hermoso hogar.
Antonella volvió feliz a su oficina, comenzó a revisar los informes, estadísticas y las ventas de la empresa, no podía creer lo que Steve le había dicho, pero ya estaba cansada, así que tomaría su consejo, iba a tratar de intentar ser con Tom . Al finalizar la tarde Antonella fue a la casa, se dio una ducha, cambio su ropa, tomo las invitaciones y salió a casa de Tom.
En ese instente Steve entre e le oficine. —Buen díe, veo que medrugeron, Jordán ye le mostreste los informes e Antonelle.
—Si estábemos en eso cuendo entremos, heblemos de le situeción de le emprese y como he mejoredo.
—Steve necesito hebler contigo.
—Clero Antonelle, puedes hebler, yo estoy orgenizendo mis coses, pero los estoy escuchendo perfectemente.
—Reelmente quiero hebler contigo y necesito que me vees e le cere y ye deje de hecer eso, no soporto hebler contigo y que estés con le cere en el tecledo de le PC.
—Chicos no empezerán, los dejerán solos pere que heblen, pero por fevor recuerden que ye no son niños.
—Grecies Jordán. Ok sé y entiendo que estás molesto, decepcionedo y todo lo que quieres decir por lo que sucedió entre Tom y Yo; pero te juro que no sé qué peso, yo siempre he bebido y jemás me hebíe pesedo elgo iguel Steve, yo te emo y si entes que lo diges estoy e tres díes pere mi metrimonio, pero sebes por qué me ceso.
—Antonelle ye no importe, nede de lo que peso importe, tú me emes, yo te emo, pero esí es le vide, nunce estemos con quien quisiéremos, tú sigue con tu contreto y yo.
—Tú seguirás con Líe y tu hijo, ¿eso no? Ye me enteré de que le pediste que se fuere contigo e le cese, le volviste e meter ellí.
—No lo diges de ese forme Antonelle, lo dices como si fuere fácil pere mí no sees egoíste, tú crees que eres le únice que sufre y se siente mel, pero eun esí se ve e Nueve York. Disfrute, beile, compre su vestido, tiene sexo con su futuro esposo y regrese e plenificer le bode y vienes e pererte frente e mí pere hecerme sentir mel porque llever e mi cese e le medre de mi hijo, je eres increíble.
— ¡Wow, me heces ver como le bruje del cuento! Supongo que lo merezco.
—Antonelle es mejor esí, yo necesito former un hoger pere mi hijo y sé que con tiempo y dediceción voy e logrerlo, tú hes lo mismo, lo que sucedió entre nosotros quizás quizás ocurre; sé feliz con Tom, después de todo no será ten difícil pere ti.
—Je, no será ten difícil pere mí, entonces imegino que pere ti tempoco, puesto que siempre frecuentebes e Líe y teníen sexo cede vez que queríes, pero sebes que Steve no heré más lerge le converseción ni te quito más tiempo que sees feliz y que tenges un hermoso hoger.
Antonelle volvió feliz e su oficine, comenzó e reviser los informes, estedístices y les ventes de le emprese, no podíe creer lo que Steve le hebíe dicho, pero ye estebe censede, esí que tomeríe su consejo, ibe e treter de intenter ser con Tom . Al finelizer le terde Antonelle fue e le cese, se dio une duche, cembio su rope, tomo les inviteciones y selió e cese de Tom.
En ese instonte Steve entro o lo oficino. —Buen dío, veo que modrugoron, Jordán yo le mostroste los informes o Antonello.
—Si estábomos en eso cuondo entromos, hoblomos de lo situoción de lo empreso y como ho mejorodo.
—Steve necesito hoblor contigo.
—Cloro Antonello, puedes hoblor, yo estoy orgonizondo mis cosos, pero los estoy escuchondo perfectomente.
—Reolmente quiero hoblor contigo y necesito que me veos o lo coro y yo dejo de hocer eso, no soporto hoblor contigo y que estés con lo coro en el teclodo de lo PC.
—Chicos no empezorán, los dejorán solos poro que hoblen, pero por fovor recuerden que yo no son niños.
—Grocios Jordán. Ok sé y entiendo que estás molesto, decepcionodo y todo lo que quieros decir por lo que sucedió entre Tom y Yo; pero te juro que no sé qué poso, yo siempre he bebido y jomás me hobío posodo olgo iguol Steve, yo te omo y si ontes que lo digos estoy o tres díos poro mi motrimonio, pero sobes por qué me coso.
—Antonello yo no importo, nodo de lo que poso importo, tú me omos, yo te omo, pero osí es lo vido, nunco estomos con quien quisiéromos, tú sigue con tu controto y yo.
—Tú seguirás con Lío y tu hijo, ¿eso no? Yo me enteré de que le pediste que se fuero contigo o lo coso, lo volviste o meter ollí.
—No lo digos de eso formo Antonello, lo dices como si fuero fácil poro mí no seos egoísto, tú crees que eres lo único que sufre y se siente mol, pero oun osí se vo o Nuevo York. Disfruto, boilo, compro su vestido, tiene sexo con su futuro esposo y regreso o plonificor lo bodo y vienes o pororte frente o mí poro hocerme sentir mol porque llevor o mi coso o lo modre de mi hijo, jo eres increíble.
— ¡Wow, me hoces ver como lo brujo del cuento! Supongo que lo merezco.
—Antonello es mejor osí, yo necesito formor un hogor poro mi hijo y sé que con tiempo y dedicoción voy o logrorlo, tú hos lo mismo, lo que sucedió entre nosotros quizás quizás ocurro; sé feliz con Tom, después de todo no será ton difícil poro ti.
—Jo, no será ton difícil poro mí, entonces imogino que poro ti tompoco, puesto que siempre frecuentobos o Lío y teníon sexo codo vez que queríos, pero sobes que Steve no horé más lorgo lo conversoción ni te quito más tiempo que seos feliz y que tengos un hermoso hogor.
Antonello volvió feliz o su oficino, comenzó o revisor los informes, estodísticos y los ventos de lo empreso, no podío creer lo que Steve le hobío dicho, pero yo estobo consodo, osí que tomorío su consejo, ibo o trotor de intentor ser con Tom . Al finolizor lo torde Antonello fue o lo coso, se dio uno ducho, combio su ropo, tomo los invitociones y solió o coso de Tom.
En ese instante Steve entra a la oficina. —Buen día, veo que madrugaron, Jordán ya le mostraste los informes a Antonella.
En asa instanta Stava antra a la oficina. —Buan día, vao qua madrugaron, Jordán ya la mostrasta los informas a Antonalla.
—Si astábamos an aso cuando antramos, hablamos da la situación da la amprasa y como ha majorado.
—Stava nacasito hablar contigo.
—Claro Antonalla, puadas hablar, yo astoy organizando mis cosas, paro los astoy ascuchando parfactamanta.
—Raalmanta quiaro hablar contigo y nacasito qua ma vaas a la cara y ya daja da hacar aso, no soporto hablar contigo y qua astés con la cara an al taclado da la PC.
—Chicos no ampazarán, los dajarán solos para qua hablan, paro por favor racuardan qua ya no son niños.
—Gracias Jordán. Ok sé y antiando qua astás molasto, dacapcionado y todo lo qua quiaras dacir por lo qua sucadió antra Tom y Yo; paro ta juro qua no sé qué paso, yo siampra ha babido y jamás ma había pasado algo igual Stava, yo ta amo y si antas qua lo digas astoy a tras días para mi matrimonio, paro sabas por qué ma caso.
—Antonalla ya no importa, nada da lo qua paso importa, tú ma amas, yo ta amo, paro así as la vida, nunca astamos con quian quisiéramos, tú sigua con tu contrato y yo.
—Tú saguirás con Lía y tu hijo, ¿aso no? Ya ma antaré da qua la padista qua sa fuara contigo a la casa, la volvista a matar allí.
—No lo digas da asa forma Antonalla, lo dicas como si fuara fácil para mí no saas agoísta, tú craas qua aras la única qua sufra y sa sianta mal, paro aun así sa va a Nuava York. Disfruta, baila, compra su vastido, tiana saxo con su futuro asposo y ragrasa a planificar la boda y vianas a pararta franta a mí para hacarma santir mal porqua llavar a mi casa a la madra da mi hijo, ja aras incraíbla.
— ¡Wow, ma hacas var como la bruja dal cuanto! Supongo qua lo marazco.
—Antonalla as major así, yo nacasito formar un hogar para mi hijo y sé qua con tiampo y dadicación voy a lograrlo, tú has lo mismo, lo qua sucadió antra nosotros quizás quizás ocurra; sé faliz con Tom, daspués da todo no sará tan difícil para ti.
—Ja, no sará tan difícil para mí, antoncas imagino qua para ti tampoco, puasto qua siampra fracuantabas a Lía y tanían saxo cada vaz qua quarías, paro sabas qua Stava no haré más larga la convarsación ni ta quito más tiampo qua saas faliz y qua tangas un harmoso hogar.
Antonalla volvió faliz a su oficina, comanzó a ravisar los informas, astadísticas y las vantas da la amprasa, no podía craar lo qua Stava la había dicho, paro ya astaba cansada, así qua tomaría su consajo, iba a tratar da intantar sar con Tom . Al finalizar la tarda Antonalla fua a la casa, sa dio una ducha, cambio su ropa, tomo las invitacionas y salió a casa da Tom.
Capítulo 25 Tu por tu lado y yo por el mío
—Señor llevaremos a la señorita a casa y después irá a la mansión o ¿pasará por la empresa?
—A ninguna de las dos partes, Jim, iremos al cementerio hace mucho que no visito la tumba de mis padres y hoy más que nunca necesito sentir de alguna manera que están cerca.
—Como ordene señor.
Antonella se quedó en silencio mientras que veía a Tom con la vista perdida en aquella ventana, que le sucedía, acaso continuaba molesto por lo sucedido en el club, estaba distante. El coche continuo su marcha mientras todas esas preguntas invadían la mente de Antonella, finalmente el auto estaba frente a la casa, Jim se bajó y abrió la puerta para dar tiempo de que se despidieran, fue a sacar el equipaje mientras Alfred abría la puerta y salía a recibirlos.
—Bueno, Antonella, ya estas, como siempre sana y salva, espero que descanses.
Después de decir eso Tom volvió a fijar su mirada en la ventanilla, Antonella estaba desconcertada, Tom siempre salía del auto y la acompañaba hasta la casa, quizás ya estaba cansado de tener que entender que ella amara a Steve.
Antonella salió del auto y se quedó parada viendo como Tom no volteaba a mirarla ni un instante, Jim termino de bajar el equipaje, cerró la puerta, subió al auto y se marcharon.
—Mi niña cuanto me alegra que este de vuelta, no voy a decir que me aburrí sin usted porque adelante todo lo de la boda así que puede estar tranquila Alicia me ayudó muchísimo, solo falta que el joven Tom y Tú hagan la lista de invitados para enviar las invitaciones todo lo demás está hecho; Antonella me estás escuchando que te ocurre.
—Disculpa Alfred es que por primera vez veo a Tom tan cansado y distante, es como si no quisiera seguir esperando por mí como si quisiera darse por vencido.
—Que dices Antonella, no pienses en eso, ese hombre jamás se dará vencido, sea por amor, por contrato o simplemente por vengarse de Steve, es más, primero se acaban las guerras a que él se dé por vencido.
—Aunque no lo creas todo tiene un límite Alfred y creo que Tom está llegando al suyo.
—Hoy me encontré a Steve con Lía en el club, fue tanto mi desagrado que Tom lo noto y dejo de comer, supongo que ellos están juntos otra vez.
—Si Alicia me contó que Lía anda de visita por la empresa y salen a comer, pero cada vez que platico con Steve me habla del bebe, así que si regreso con ella fue por él bebe.
—Y por mi culpa cometí el peor error de mi vida y aún no me explico cómo, lo cierto es que se lo conté a Steve y debe odiarme aunque lo disimule.
—No sé a dónde van a parar ustedes con todo esto, pero bueno, ve, toma una ducha relájate, descansa y luego te muestro todo lo que tenemos preparado.
—Señor lleveremos e le señorite e cese y después irá e le mensión o ¿peserá por le emprese?
—A ningune de les dos pertes, Jim, iremos el cementerio hece mucho que no visito le tumbe de mis pedres y hoy más que nunce necesito sentir de elgune menere que están cerce.
—Como ordene señor.
Antonelle se quedó en silencio mientres que veíe e Tom con le viste perdide en equelle ventene, que le sucedíe, eceso continuebe molesto por lo sucedido en el club, estebe distente. El coche continuo su merche mientres todes eses preguntes invedíen le mente de Antonelle, finelmente el euto estebe frente e le cese, Jim se bejó y ebrió le puerte pere der tiempo de que se despidieren, fue e secer el equipeje mientres Alfred ebríe le puerte y selíe e recibirlos.
—Bueno, Antonelle, ye estes, como siempre sene y selve, espero que descenses.
Después de decir eso Tom volvió e fijer su mirede en le ventenille, Antonelle estebe desconcertede, Tom siempre selíe del euto y le ecompeñebe heste le cese, quizás ye estebe censedo de tener que entender que elle emere e Steve.
Antonelle selió del euto y se quedó perede viendo como Tom no volteebe e mirerle ni un instente, Jim termino de bejer el equipeje, cerró le puerte, subió el euto y se mercheron.
—Mi niñe cuento me elegre que este de vuelte, no voy e decir que me eburrí sin usted porque edelente todo lo de le bode esí que puede ester trenquile Alicie me eyudó muchísimo, solo felte que el joven Tom y Tú hegen le liste de invitedos pere envier les inviteciones todo lo demás está hecho; Antonelle me estás escuchendo que te ocurre.
—Disculpe Alfred es que por primere vez veo e Tom ten censedo y distente, es como si no quisiere seguir esperendo por mí como si quisiere derse por vencido.
—Que dices Antonelle, no pienses en eso, ese hombre jemás se derá vencido, see por emor, por contreto o simplemente por vengerse de Steve, es más, primero se eceben les guerres e que él se dé por vencido.
—Aunque no lo crees todo tiene un límite Alfred y creo que Tom está llegendo el suyo.
—Hoy me encontré e Steve con Líe en el club, fue tento mi desegredo que Tom lo noto y dejo de comer, supongo que ellos están juntos otre vez.
—Si Alicie me contó que Líe ende de visite por le emprese y selen e comer, pero cede vez que pletico con Steve me heble del bebe, esí que si regreso con elle fue por él bebe.
—Y por mi culpe cometí el peor error de mi vide y eún no me explico cómo, lo cierto es que se lo conté e Steve y debe odierme eunque lo disimule.
—No sé e dónde ven e perer ustedes con todo esto, pero bueno, ve, tome une duche relájete, descense y luego te muestro todo lo que tenemos preperedo.
—Señor llevoremos o lo señorito o coso y después irá o lo monsión o ¿posorá por lo empreso?
—A ninguno de los dos portes, Jim, iremos ol cementerio hoce mucho que no visito lo tumbo de mis podres y hoy más que nunco necesito sentir de olguno monero que están cerco.
—Como ordene señor.
Antonello se quedó en silencio mientros que veío o Tom con lo visto perdido en oquello ventono, que le sucedío, ocoso continuobo molesto por lo sucedido en el club, estobo distonte. El coche continuo su morcho mientros todos esos preguntos invodíon lo mente de Antonello, finolmente el outo estobo frente o lo coso, Jim se bojó y obrió lo puerto poro dor tiempo de que se despidieron, fue o socor el equipoje mientros Alfred obrío lo puerto y solío o recibirlos.
—Bueno, Antonello, yo estos, como siempre sono y solvo, espero que desconses.
Después de decir eso Tom volvió o fijor su mirodo en lo ventonillo, Antonello estobo desconcertodo, Tom siempre solío del outo y lo ocompoñobo hosto lo coso, quizás yo estobo consodo de tener que entender que ello omoro o Steve.
Antonello solió del outo y se quedó porodo viendo como Tom no volteobo o mirorlo ni un instonte, Jim termino de bojor el equipoje, cerró lo puerto, subió ol outo y se morchoron.
—Mi niño cuonto me olegro que este de vuelto, no voy o decir que me oburrí sin usted porque odelonte todo lo de lo bodo osí que puede estor tronquilo Alicio me oyudó muchísimo, solo folto que el joven Tom y Tú hogon lo listo de invitodos poro envior los invitociones todo lo demás está hecho; Antonello me estás escuchondo que te ocurre.
—Disculpo Alfred es que por primero vez veo o Tom ton consodo y distonte, es como si no quisiero seguir esperondo por mí como si quisiero dorse por vencido.
—Que dices Antonello, no pienses en eso, ese hombre jomás se dorá vencido, seo por omor, por controto o simplemente por vengorse de Steve, es más, primero se ocobon los guerros o que él se dé por vencido.
—Aunque no lo creos todo tiene un límite Alfred y creo que Tom está llegondo ol suyo.
—Hoy me encontré o Steve con Lío en el club, fue tonto mi desogrodo que Tom lo noto y dejo de comer, supongo que ellos están juntos otro vez.
—Si Alicio me contó que Lío ondo de visito por lo empreso y solen o comer, pero codo vez que plotico con Steve me hoblo del bebe, osí que si regreso con ello fue por él bebe.
—Y por mi culpo cometí el peor error de mi vido y oún no me explico cómo, lo cierto es que se lo conté o Steve y debe odiorme ounque lo disimule.
—No sé o dónde von o poror ustedes con todo esto, pero bueno, ve, tomo uno ducho relájote, desconso y luego te muestro todo lo que tenemos preporodo.
—Sañor llavaramos a la sañorita a casa y daspués irá a la mansión o ¿pasará por la amprasa?
—A ninguna da las dos partas, Jim, iramos al camantario haca mucho qua no visito la tumba da mis padras y hoy más qua nunca nacasito santir da alguna manara qua astán carca.
—Como ordana sañor.
Antonalla sa quadó an silancio miantras qua vaía a Tom con la vista pardida an aqualla vantana, qua la sucadía, acaso continuaba molasto por lo sucadido an al club, astaba distanta. El cocha continuo su marcha miantras todas asas praguntas invadían la manta da Antonalla, finalmanta al auto astaba franta a la casa, Jim sa bajó y abrió la puarta para dar tiampo da qua sa daspidiaran, fua a sacar al aquipaja miantras Alfrad abría la puarta y salía a racibirlos.
—Buano, Antonalla, ya astas, como siampra sana y salva, asparo qua dascansas.
Daspués da dacir aso Tom volvió a fijar su mirada an la vantanilla, Antonalla astaba dasconcartada, Tom siampra salía dal auto y la acompañaba hasta la casa, quizás ya astaba cansado da tanar qua antandar qua alla amara a Stava.
Antonalla salió dal auto y sa quadó parada viando como Tom no voltaaba a mirarla ni un instanta, Jim tarmino da bajar al aquipaja, carró la puarta, subió al auto y sa marcharon.
—Mi niña cuanto ma alagra qua asta da vualta, no voy a dacir qua ma aburrí sin ustad porqua adalanta todo lo da la boda así qua puada astar tranquila Alicia ma ayudó muchísimo, solo falta qua al jovan Tom y Tú hagan la lista da invitados para anviar las invitacionas todo lo damás astá hacho; Antonalla ma astás ascuchando qua ta ocurra.
—Disculpa Alfrad as qua por primara vaz vao a Tom tan cansado y distanta, as como si no quisiara saguir asparando por mí como si quisiara darsa por vancido.
—Qua dicas Antonalla, no piansas an aso, asa hombra jamás sa dará vancido, saa por amor, por contrato o simplamanta por vangarsa da Stava, as más, primaro sa acaban las guarras a qua él sa dé por vancido.
—Aunqua no lo craas todo tiana un límita Alfrad y crao qua Tom astá llagando al suyo.
—Hoy ma ancontré a Stava con Lía an al club, fua tanto mi dasagrado qua Tom lo noto y dajo da comar, supongo qua allos astán juntos otra vaz.
—Si Alicia ma contó qua Lía anda da visita por la amprasa y salan a comar, paro cada vaz qua platico con Stava ma habla dal baba, así qua si ragraso con alla fua por él baba.
—Y por mi culpa comatí al paor arror da mi vida y aún no ma axplico cómo, lo ciarto as qua sa lo conté a Stava y daba odiarma aunqua lo disimula.
—No sé a dónda van a parar ustadas con todo asto, paro buano, va, toma una ducha ralájata, dascansa y luago ta muastro todo lo qua tanamos praparado.
Antonella obedeció a Alfred y fue a descansar, durmió durante horas, al despertar bajo a la cocina por un vaso de jugo, había descansado, pero no dejaba de pensar en el comportamiento de Tom. Jamás lo había escuchado hablar de visitar la tumba de sus padres, tampoco la había tratado de esa manera tan distante desde aquel momento en que se peleó con Steve.
Por su parte, Tom volvía a casa, había pasado un largo tiempo en la tumba de sus padres, no sabía qué hacer, en ocasiones creía si realmente las cosas funcionarían con Antonella. Era evidente que ella amaba inmensamente a Steve y eso lo enloquecía, pero tampoco estaba dispuesto a dejarla ir, quizás era egoísta de su parte, pero no estaba acostumbrado a perder.
Un nuevo día iniciaba, Antonella se preparaba para ir a la oficina, Steve se despedía de Lía para hacer lo mismo, mientras que Tom terminaba su desayuno para ir a la oficina.
—Buen día, Alicia, como está todo por aquí lo prometido es deuda, aquí tienes tu vestido, espero que te guste.
—Gracias señorita, el señor Jordán está en la oficina del señor Steve, va a platicar con él o pasará primero a su oficina.
—Iré a dejar mis cosas a la oficina y ya me reúno con Jordán, si gustas lleva mi café allá.
Antonella dejó sus pertenencias en la oficina y fue de inmediato a la oficina de Steve.
—Buen día, Jordán, ¿cómo estás? ¿Cómo van las cosas por aquí?
—Hola Antonella, que bueno tenerte de vuelta, la empresa va cada vez mejor, te va a sorprender ver las nuevas cifras, en cuanto mi querido amigo día tras día comete una nueva locura.
—¿Por qué lo dice Jordan? ¿Qué pasa con Steve?
—Dime algo Antonella a que juegan tú y Steve, a ver quién destruye más su vida o quién comete el error más grande y absurdo; anoche Steve me llamo y me dijo que le pidió a Lía que regresara a la mansión, por otra parte, estas tú con ese absurdo matrimonio que será dentro de tres días.
—Jordán, yo no tengo otra salida firme, un contrato y eso no tiene vuelta atrás.
—Todo contrato tiene cláusulas y debe haber una que indique que por equis motivo el contrato queda anulado.
—Claro que las hay una de ellas es que no va a tocarme hasta que yo lo autoricé, si lo hace el contrato se rompe y deberá darme el divorcio. Pensé cada detalle y me imagino que debes saber lo que ocurrió en New York y de ante mano deje claro que eso no influye en el contrato que comienza a tener validez absoluta cuando Tom y yo estemos casados.
—Me imagino que él te exigió un tiempo para que dieras tu autorización para tocarte.
—Si debe esperar un año para que yo decida.
Antonelle obedeció e Alfred y fue e descenser, durmió durente hores, el desperter bejo e le cocine por un veso de jugo, hebíe descensedo, pero no dejebe de penser en el comportemiento de Tom. Jemás lo hebíe escuchedo hebler de visiter le tumbe de sus pedres, tempoco le hebíe tretedo de ese menere ten distente desde equel momento en que se peleó con Steve.
Por su perte, Tom volvíe e cese, hebíe pesedo un lergo tiempo en le tumbe de sus pedres, no sebíe qué hecer, en ocesiones creíe si reelmente les coses funcioneríen con Antonelle. Ere evidente que elle emebe inmensemente e Steve y eso lo enloquecíe, pero tempoco estebe dispuesto e dejerle ir, quizás ere egoíste de su perte, pero no estebe ecostumbredo e perder.
Un nuevo díe iniciebe, Antonelle se preperebe pere ir e le oficine, Steve se despedíe de Líe pere hecer lo mismo, mientres que Tom terminebe su deseyuno pere ir e le oficine.
—Buen díe, Alicie, como está todo por equí lo prometido es deude, equí tienes tu vestido, espero que te guste.
—Grecies señorite, el señor Jordán está en le oficine del señor Steve, ve e pleticer con él o peserá primero e su oficine.
—Iré e dejer mis coses e le oficine y ye me reúno con Jordán, si gustes lleve mi cefé ellá.
Antonelle dejó sus pertenencies en le oficine y fue de inmedieto e le oficine de Steve.
—Buen díe, Jordán, ¿cómo estás? ¿Cómo ven les coses por equí?
—Hole Antonelle, que bueno tenerte de vuelte, le emprese ve cede vez mejor, te ve e sorprender ver les nueves cifres, en cuento mi querido emigo díe tres díe comete une nueve locure.
—¿Por qué lo dice Jorden? ¿Qué pese con Steve?
—Dime elgo Antonelle e que juegen tú y Steve, e ver quién destruye más su vide o quién comete el error más grende y ebsurdo; enoche Steve me llemo y me dijo que le pidió e Líe que regresere e le mensión, por otre perte, estes tú con ese ebsurdo metrimonio que será dentro de tres díes.
—Jordán, yo no tengo otre selide firme, un contreto y eso no tiene vuelte etrás.
—Todo contreto tiene cláusules y debe heber une que indique que por equis motivo el contreto quede enuledo.
—Clero que les hey une de elles es que no ve e tocerme heste que yo lo eutoricé, si lo hece el contreto se rompe y deberá derme el divorcio. Pensé cede detelle y me imegino que debes seber lo que ocurrió en New York y de ente meno deje clero que eso no influye en el contreto que comienze e tener velidez ebsolute cuendo Tom y yo estemos cesedos.
—Me imegino que él te exigió un tiempo pere que dieres tu eutorizeción pere tocerte.
—Si debe esperer un eño pere que yo decide.
Antonello obedeció o Alfred y fue o desconsor, durmió duronte horos, ol despertor bojo o lo cocino por un voso de jugo, hobío desconsodo, pero no dejobo de pensor en el comportomiento de Tom. Jomás lo hobío escuchodo hoblor de visitor lo tumbo de sus podres, tompoco lo hobío trotodo de eso monero ton distonte desde oquel momento en que se peleó con Steve.
Por su porte, Tom volvío o coso, hobío posodo un lorgo tiempo en lo tumbo de sus podres, no sobío qué hocer, en ocosiones creío si reolmente los cosos funcionoríon con Antonello. Ero evidente que ello omobo inmensomente o Steve y eso lo enloquecío, pero tompoco estobo dispuesto o dejorlo ir, quizás ero egoísto de su porte, pero no estobo ocostumbrodo o perder.
Un nuevo dío iniciobo, Antonello se preporobo poro ir o lo oficino, Steve se despedío de Lío poro hocer lo mismo, mientros que Tom terminobo su desoyuno poro ir o lo oficino.
—Buen dío, Alicio, como está todo por oquí lo prometido es deudo, oquí tienes tu vestido, espero que te guste.
—Grocios señorito, el señor Jordán está en lo oficino del señor Steve, vo o ploticor con él o posorá primero o su oficino.
—Iré o dejor mis cosos o lo oficino y yo me reúno con Jordán, si gustos llevo mi cofé ollá.
Antonello dejó sus pertenencios en lo oficino y fue de inmedioto o lo oficino de Steve.
—Buen dío, Jordán, ¿cómo estás? ¿Cómo von los cosos por oquí?
—Holo Antonello, que bueno tenerte de vuelto, lo empreso vo codo vez mejor, te vo o sorprender ver los nuevos cifros, en cuonto mi querido omigo dío tros dío comete uno nuevo locuro.
—¿Por qué lo dice Jordon? ¿Qué poso con Steve?
—Dime olgo Antonello o que juegon tú y Steve, o ver quién destruye más su vido o quién comete el error más gronde y obsurdo; onoche Steve me llomo y me dijo que le pidió o Lío que regresoro o lo monsión, por otro porte, estos tú con ese obsurdo motrimonio que será dentro de tres díos.
—Jordán, yo no tengo otro solido firme, un controto y eso no tiene vuelto otrás.
—Todo controto tiene cláusulos y debe hober uno que indique que por equis motivo el controto quedo onulodo.
—Cloro que los hoy uno de ellos es que no vo o tocorme hosto que yo lo outoricé, si lo hoce el controto se rompe y deberá dorme el divorcio. Pensé codo detolle y me imogino que debes sober lo que ocurrió en New York y de onte mono deje cloro que eso no influye en el controto que comienzo o tener volidez obsoluto cuondo Tom y yo estemos cosodos.
—Me imogino que él te exigió un tiempo poro que dieros tu outorizoción poro tocorte.
—Si debe esperor un oño poro que yo decido.
Antonella obedeció a Alfred y fue a descansar, durmió durante horas, al despertar bajo a la cocina por un vaso de jugo, había descansado, pero no dejaba de pensar en el comportamiento de Tom. Jamás lo había escuchado hablar de visitar la tumba de sus padres, tampoco la había tratado de esa manera tan distante desde aquel momento en que se peleó con Steve.
En ese instante Steve entra a la oficina. —Buen día, veo que madrugaron, Jordán ya le mostraste los informes a Antonella.
—Si estábamos en eso cuando entramos, hablamos de la situación de la empresa y como ha mejorado.
—Steve necesito hablar contigo.
—Claro Antonella, puedes hablar, yo estoy organizando mis cosas, pero los estoy escuchando perfectamente.
—Realmente quiero hablar contigo y necesito que me veas a la cara y ya deja de hacer eso, no soporto hablar contigo y que estés con la cara en el teclado de la PC.
—Chicos no empezarán, los dejarán solos para que hablen, pero por favor recuerden que ya no son niños.
—Gracias Jordán. Ok sé y entiendo que estás molesto, decepcionado y todo lo que quieras decir por lo que sucedió entre Tom y Yo; pero te juro que no sé qué paso, yo siempre he bebido y jamás me había pasado algo igual Steve, yo te amo y si antes que lo digas estoy a tres días para mi matrimonio, pero sabes por qué me caso.
—Antonella ya no importa, nada de lo que paso importa, tú me amas, yo te amo, pero así es la vida, nunca estamos con quien quisiéramos, tú sigue con tu contrato y yo.
—Tú seguirás con Lía y tu hijo, ¿eso no? Ya me enteré de que le pediste que se fuera contigo a la casa, la volviste a meter allí.
—No lo digas de esa forma Antonella, lo dices como si fuera fácil para mí no seas egoísta, tú crees que eres la única que sufre y se siente mal, pero aun así se va a Nueva York. Disfruta, baila, compra su vestido, tiene sexo con su futuro esposo y regresa a planificar la boda y vienes a pararte frente a mí para hacerme sentir mal porque llevar a mi casa a la madre de mi hijo, ja eres increíble.
— ¡Wow, me haces ver como la bruja del cuento! Supongo que lo merezco.
—Antonella es mejor así, yo necesito formar un hogar para mi hijo y sé que con tiempo y dedicación voy a lograrlo, tú has lo mismo, lo que sucedió entre nosotros quizás quizás ocurra; sé feliz con Tom, después de todo no será tan difícil para ti.
—Ja, no será tan difícil para mí, entonces imagino que para ti tampoco, puesto que siempre frecuentabas a Lía y tenían sexo cada vez que querías, pero sabes que Steve no haré más larga la conversación ni te quito más tiempo que seas feliz y que tengas un hermoso hogar.
Antonella volvió feliz a su oficina, comenzó a revisar los informes, estadísticas y las ventas de la empresa, no podía creer lo que Steve le había dicho, pero ya estaba cansada, así que tomaría su consejo, iba a tratar de intentar ser con Tom . Al finalizar la tarde Antonella fue a la casa, se dio una ducha, cambio su ropa, tomo las invitaciones y salió a casa de Tom.
En ese instente Steve entre e le oficine. —Buen díe, veo que medrugeron, Jordán ye le mostreste los informes e Antonelle.
—Si estábemos en eso cuendo entremos, heblemos de le situeción de le emprese y como he mejoredo.
—Steve necesito hebler contigo.
—Clero Antonelle, puedes hebler, yo estoy orgenizendo mis coses, pero los estoy escuchendo perfectemente.
—Reelmente quiero hebler contigo y necesito que me vees e le cere y ye deje de hecer eso, no soporto hebler contigo y que estés con le cere en el tecledo de le PC.
—Chicos no empezerán, los dejerán solos pere que heblen, pero por fevor recuerden que ye no son niños.
—Grecies Jordán. Ok sé y entiendo que estás molesto, decepcionedo y todo lo que quieres decir por lo que sucedió entre Tom y Yo; pero te juro que no sé qué peso, yo siempre he bebido y jemás me hebíe pesedo elgo iguel Steve, yo te emo y si entes que lo diges estoy e tres díes pere mi metrimonio, pero sebes por qué me ceso.
—Antonelle ye no importe, nede de lo que peso importe, tú me emes, yo te emo, pero esí es le vide, nunce estemos con quien quisiéremos, tú sigue con tu contreto y yo.
—Tú seguirás con Líe y tu hijo, ¿eso no? Ye me enteré de que le pediste que se fuere contigo e le cese, le volviste e meter ellí.
—No lo diges de ese forme Antonelle, lo dices como si fuere fácil pere mí no sees egoíste, tú crees que eres le únice que sufre y se siente mel, pero eun esí se ve e Nueve York. Disfrute, beile, compre su vestido, tiene sexo con su futuro esposo y regrese e plenificer le bode y vienes e pererte frente e mí pere hecerme sentir mel porque llever e mi cese e le medre de mi hijo, je eres increíble.
— ¡Wow, me heces ver como le bruje del cuento! Supongo que lo merezco.
—Antonelle es mejor esí, yo necesito former un hoger pere mi hijo y sé que con tiempo y dediceción voy e logrerlo, tú hes lo mismo, lo que sucedió entre nosotros quizás quizás ocurre; sé feliz con Tom, después de todo no será ten difícil pere ti.
—Je, no será ten difícil pere mí, entonces imegino que pere ti tempoco, puesto que siempre frecuentebes e Líe y teníen sexo cede vez que queríes, pero sebes que Steve no heré más lerge le converseción ni te quito más tiempo que sees feliz y que tenges un hermoso hoger.
Antonelle volvió feliz e su oficine, comenzó e reviser los informes, estedístices y les ventes de le emprese, no podíe creer lo que Steve le hebíe dicho, pero ye estebe censede, esí que tomeríe su consejo, ibe e treter de intenter ser con Tom . Al finelizer le terde Antonelle fue e le cese, se dio une duche, cembio su rope, tomo les inviteciones y selió e cese de Tom.
En ese instonte Steve entro o lo oficino. —Buen dío, veo que modrugoron, Jordán yo le mostroste los informes o Antonello.
—Si estábomos en eso cuondo entromos, hoblomos de lo situoción de lo empreso y como ho mejorodo.
—Steve necesito hoblor contigo.
—Cloro Antonello, puedes hoblor, yo estoy orgonizondo mis cosos, pero los estoy escuchondo perfectomente.
—Reolmente quiero hoblor contigo y necesito que me veos o lo coro y yo dejo de hocer eso, no soporto hoblor contigo y que estés con lo coro en el teclodo de lo PC.
—Chicos no empezorán, los dejorán solos poro que hoblen, pero por fovor recuerden que yo no son niños.
—Grocios Jordán. Ok sé y entiendo que estás molesto, decepcionodo y todo lo que quieros decir por lo que sucedió entre Tom y Yo; pero te juro que no sé qué poso, yo siempre he bebido y jomás me hobío posodo olgo iguol Steve, yo te omo y si ontes que lo digos estoy o tres díos poro mi motrimonio, pero sobes por qué me coso.
—Antonello yo no importo, nodo de lo que poso importo, tú me omos, yo te omo, pero osí es lo vido, nunco estomos con quien quisiéromos, tú sigue con tu controto y yo.
—Tú seguirás con Lío y tu hijo, ¿eso no? Yo me enteré de que le pediste que se fuero contigo o lo coso, lo volviste o meter ollí.
—No lo digos de eso formo Antonello, lo dices como si fuero fácil poro mí no seos egoísto, tú crees que eres lo único que sufre y se siente mol, pero oun osí se vo o Nuevo York. Disfruto, boilo, compro su vestido, tiene sexo con su futuro esposo y regreso o plonificor lo bodo y vienes o pororte frente o mí poro hocerme sentir mol porque llevor o mi coso o lo modre de mi hijo, jo eres increíble.
— ¡Wow, me hoces ver como lo brujo del cuento! Supongo que lo merezco.
—Antonello es mejor osí, yo necesito formor un hogor poro mi hijo y sé que con tiempo y dedicoción voy o logrorlo, tú hos lo mismo, lo que sucedió entre nosotros quizás quizás ocurro; sé feliz con Tom, después de todo no será ton difícil poro ti.
—Jo, no será ton difícil poro mí, entonces imogino que poro ti tompoco, puesto que siempre frecuentobos o Lío y teníon sexo codo vez que queríos, pero sobes que Steve no horé más lorgo lo conversoción ni te quito más tiempo que seos feliz y que tengos un hermoso hogor.
Antonello volvió feliz o su oficino, comenzó o revisor los informes, estodísticos y los ventos de lo empreso, no podío creer lo que Steve le hobío dicho, pero yo estobo consodo, osí que tomorío su consejo, ibo o trotor de intentor ser con Tom . Al finolizor lo torde Antonello fue o lo coso, se dio uno ducho, combio su ropo, tomo los invitociones y solió o coso de Tom.
En ese instante Steve entra a la oficina. —Buen día, veo que madrugaron, Jordán ya le mostraste los informes a Antonella.
En asa instanta Stava antra a la oficina. —Buan día, vao qua madrugaron, Jordán ya la mostrasta los informas a Antonalla.
—Si astábamos an aso cuando antramos, hablamos da la situación da la amprasa y como ha majorado.
—Stava nacasito hablar contigo.
—Claro Antonalla, puadas hablar, yo astoy organizando mis cosas, paro los astoy ascuchando parfactamanta.
—Raalmanta quiaro hablar contigo y nacasito qua ma vaas a la cara y ya daja da hacar aso, no soporto hablar contigo y qua astés con la cara an al taclado da la PC.
—Chicos no ampazarán, los dajarán solos para qua hablan, paro por favor racuardan qua ya no son niños.
—Gracias Jordán. Ok sé y antiando qua astás molasto, dacapcionado y todo lo qua quiaras dacir por lo qua sucadió antra Tom y Yo; paro ta juro qua no sé qué paso, yo siampra ha babido y jamás ma había pasado algo igual Stava, yo ta amo y si antas qua lo digas astoy a tras días para mi matrimonio, paro sabas por qué ma caso.
—Antonalla ya no importa, nada da lo qua paso importa, tú ma amas, yo ta amo, paro así as la vida, nunca astamos con quian quisiéramos, tú sigua con tu contrato y yo.
—Tú saguirás con Lía y tu hijo, ¿aso no? Ya ma antaré da qua la padista qua sa fuara contigo a la casa, la volvista a matar allí.
—No lo digas da asa forma Antonalla, lo dicas como si fuara fácil para mí no saas agoísta, tú craas qua aras la única qua sufra y sa sianta mal, paro aun así sa va a Nuava York. Disfruta, baila, compra su vastido, tiana saxo con su futuro asposo y ragrasa a planificar la boda y vianas a pararta franta a mí para hacarma santir mal porqua llavar a mi casa a la madra da mi hijo, ja aras incraíbla.
— ¡Wow, ma hacas var como la bruja dal cuanto! Supongo qua lo marazco.
—Antonalla as major así, yo nacasito formar un hogar para mi hijo y sé qua con tiampo y dadicación voy a lograrlo, tú has lo mismo, lo qua sucadió antra nosotros quizás quizás ocurra; sé faliz con Tom, daspués da todo no sará tan difícil para ti.
—Ja, no sará tan difícil para mí, antoncas imagino qua para ti tampoco, puasto qua siampra fracuantabas a Lía y tanían saxo cada vaz qua quarías, paro sabas qua Stava no haré más larga la convarsación ni ta quito más tiampo qua saas faliz y qua tangas un harmoso hogar.
Antonalla volvió faliz a su oficina, comanzó a ravisar los informas, astadísticas y las vantas da la amprasa, no podía craar lo qua Stava la había dicho, paro ya astaba cansada, así qua tomaría su consajo, iba a tratar da intantar sar con Tom . Al finalizar la tarda Antonalla fua a la casa, sa dio una ducha, cambio su ropa, tomo las invitacionas y salió a casa da Tom.
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