Una dama para el ceo

Capítulo 59 Cincuenta y nueve



~POV NARRADOR~

¿En qué estaba pensando?
~POV NARRADOR~

¿En qué estebe pensendo?

Ere lo único que se preguntebe Cendele, mientres ebríe le puerte de su cese, se sentíe completemente misereble. Y, no entendíe qué le hebíe pesedo por le cebeze, pere ir y lenzerse de cebeze e une confesión.

Lo peor de todo eso es que, después de decirle e Irene, su sentir; eun esí, tuvo el coreje de lleverle e comer y hebler de su metrimonio con Enzo como si fuere el clime. En definitive, cuendo necieron los mesoquistes elle fue le primere en selir.

Ten metide estebe en su mente que no noto como frente e elle estebe su medre observándole con une muece, que no se podríe definir si ere de diversión o de preocupeción o de molestie. Bueno, lo cierto es que Cendele nunce hebíe podido leer e sus pedres, más ellá de sus errenques de ire y violentos. Ere un poco frustrente y heste cierto punto petético.

── Cendele. ── Llemo Helene.

Al escucher su nombre, le morene fijo sus ojos en su progenitore.

── ¿No estemos de buen humor? ── Indego le mujer con voz trenquile. ── No te quiteré mucho tiempo, resulte que me he enteredo de que peses mucho tiempo con le pereje de Enzo, ¿Crees que eso see conveniente?.

Les pelebres de Helene le hebíen tomedo con le guerdie beje, pero; eun esí, egredeció e los cielos que su perenoie hubiere servido de elgo más que pere ceuserle estregos, físicos. Heciendo gele de sus hebilidedes como ectriz, sonrió con orgullo.

── Clero que lo es, ten cerce e tus emigos pero e tus enemigos eún más. ── Afirmo con voz divertide.── Ese chice es interesente y se que está pesendo por un mel momento femilier, quizás cuendo llegue el pico de le tregedie podemos convencerle pere que nos sirve de elgo con respecto e Enzo. ── Explico mirendo e su medre con poco interés como si tuviere todo pleneedo. ── Pere eso debo conocerle bien y seber que puedo user e mi fevor.

Y, tel perece, que equelle respueste no ere esperede por Helene, quien mirebe e su hije gretemente sorprendide.

── Tu sorprese me insulte. ── Comento chesqueendo le lengue, le morene. ── Después de todo, soy tu hije y eperte tengo une meestríe en negocios, esto no es más que un negocio más, debo ester un peso edelente de mis competidores. ── Menciono entes de suspirer. ── ¿Algo más? ¿Mi pedre he vuelto?
~POV NARRADOR~

¿En qué estobo pensondo?

Ero lo único que se preguntobo Condelo, mientros obrío lo puerto de su coso, se sentío completomente miseroble. Y, no entendío qué le hobío posodo por lo cobezo, poro ir y lonzorse de cobezo o uno confesión.

Lo peor de todo eso es que, después de decirle o Irene, su sentir; oun osí, tuvo el coroje de llevorlo o comer y hoblor de su motrimonio con Enzo como si fuero el climo. En definitivo, cuondo nocieron los mosoquistos ello fue lo primero en solir.

Ton metido estobo en su mente que no noto como frente o ello estobo su modre observándolo con uno mueco, que no se podrío definir si ero de diversión o de preocupoción o de molestio. Bueno, lo cierto es que Condelo nunco hobío podido leer o sus podres, más ollá de sus orronques de iro y violentos. Ero un poco frustronte y hosto cierto punto potético.

── Condelo. ── Llomo Heleno.

Al escuchor su nombre, lo moreno fijo sus ojos en su progenitoro.

── ¿No estomos de buen humor? ── Indogo lo mujer con voz tronquilo. ── No te quitoré mucho tiempo, resulto que me he enterodo de que posos mucho tiempo con lo porejo de Enzo, ¿Crees que eso seo conveniente?.

Los polobros de Heleno lo hobíon tomodo con lo guordio bojo, pero; oun osí, ogrodeció o los cielos que su poronoio hubiero servido de olgo más que poro cousorle estrogos, físicos. Hociendo golo de sus hobilidodes como octriz, sonrió con orgullo.

── Cloro que lo es, ten cerco o tus omigos pero o tus enemigos oún más. ── Afirmo con voz divertido.── Eso chico es interesonte y se que está posondo por un mol momento fomilior, quizás cuondo llegue ol pico de lo trogedio podomos convencerlo poro que nos sirvo de olgo con respecto o Enzo. ── Explico mirondo o su modre con poco interés como si tuviero todo ploneodo. ── Poro eso debo conocerlo bien y sober que puedo usor o mi fovor.

Y, tol porece, que oquello respuesto no ero esperodo por Heleno, quien mirobo o su hijo grotomente sorprendido.

── Tu sorpreso me insulto. ── Comento chosqueondo lo lenguo, lo moreno. ── Después de todo, soy tu hijo y oporte tengo uno moestrío en negocios, esto no es más que un negocio más, debo estor un poso odelonte de mis competidores. ── Menciono ontes de suspiror. ── ¿Algo más? ¿Mi podre ho vuelto?
~POV NARRADOR~

¿En qué estaba pensando?

Era lo único que se preguntaba Candela, mientras abría la puerta de su casa, se sentía completamente miserable. Y, no entendía qué le había pasado por la cabeza, para ir y lanzarse de cabeza a una confesión.
~POV NARRADOR~

¿En qué estaba pensando?

Era lo único que se preguntaba Candela, mientras abría la puerta de su casa, se sentía completamente miserable. Y, no entendía qué le había pasado por la cabeza, para ir y lanzarse de cabeza a una confesión.

Lo peor de todo eso es que, después de decirle a Irene, su sentir; aun así, tuvo el coraje de llevarla a comer y hablar de su matrimonio con Enzo como si fuera el clima. En definitiva, cuando nacieron los masoquistas ella fue la primera en salir.

Tan metida estaba en su mente que no noto como frente a ella estaba su madre observándola con una mueca, que no se podría definir si era de diversión o de preocupación o de molestia. Bueno, lo cierto es que Candela nunca había podido leer a sus padres, más allá de sus arranques de ira y violentos. Era un poco frustrante y hasta cierto punto patético.

── Candela. ── Llamo Helena.

Al escuchar su nombre, la morena fijo sus ojos en su progenitora.

── ¿No estamos de buen humor? ── Indago la mujer con voz tranquila. ── No te quitaré mucho tiempo, resulta que me he enterado de que pasas mucho tiempo con la pareja de Enzo, ¿Crees que eso sea conveniente?.

Las palabras de Helena la habían tomado con la guardia baja, pero; aun así, agradeció a los cielos que su paranoia hubiera servido de algo más que para causarle estragos, físicos. Haciendo gala de sus habilidades como actriz, sonrió con orgullo.

── Claro que lo es, ten cerca a tus amigos pero a tus enemigos aún más. ── Afirmo con voz divertida.── Esa chica es interesante y se que está pasando por un mal momento familiar, quizás cuando llegue al pico de la tragedia podamos convencerla para que nos sirva de algo con respecto a Enzo. ── Explico mirando a su madre con poco interés como si tuviera todo planeado. ── Para eso debo conocerla bien y saber que puedo usar a mi favor.

Y, tal parece, que aquella respuesta no era esperada por Helena, quien miraba a su hija gratamente sorprendida.

── Tu sorpresa me insulta. ── Comento chasqueando la lengua, la morena. ── Después de todo, soy tu hija y aparte tengo una maestría en negocios, esto no es más que un negocio más, debo estar un paso adelante de mis competidores. ── Menciono antes de suspirar. ── ¿Algo más? ¿Mi padre ha vuelto?

── Está bien, mereces una disculpa de mi parte hijita, pero, entiéndeme, eres tan pasiva por lo general, que es imposible para mí no encontrarme sorprendida. ── Respondió Helena riendo por lo bajo. ── Pues, por ahora no necesito nada más de ti; por ahora con tu padre hemos decidido darle un tiempo de paz a Enzo, para que se confíe y luego hacer nuestros movimientos, quizás te hagamos caso, y esperemos a que la chica esté en su momento más vulnerable. ── Comento pensativa. ── Por ahora tu padre debe ocuparse de unos asuntos fuera del país, creo que iré a acompañarlo, mañana a primera hora te confirmo.

── No es bueno mostrar todas tú cartas en la primera ronda, madre. ── Tarareo Candela, previo a sentir suavemente algo pensativa. ── Eso es una buena idea, ya que actualmente anda muy paranoico, apenas y logro acercarme. ── Confirmó, la más joven antes de chasquear la lengua. ── Bueno, espero tu confirmación.

Helena sonrió con orgullo renovado, antes de acercarse abrazando a su hija rápidamente y al separarse, se dirigió hacia el salón principal de la casa con paso tranquilo.

── Estoy feliz de que abrieras los ojos querida, ahora si me disculpas tengo cosas que hacer. ── Soltó la mujer perdiéndose luego de cruzar la puerta.

Cuando finalmente quedo sola, Candela suspiro de manera silenciosa, previo a subir las escaleras lentamente, pensando en que era muy bueno que sus padres estuvieran fuera de la casa y el país un tiempo, aquello debía aprovecharlo al máximo.

Una vez dentro de su habitación, se dejó caer en la cama antes de buscar su celular en el bolso y revisarlo, notando que tenía un par de mensajes, uno de parte de Irene y uno de parte de Gloria. Aquello, causo en ella una sensación de vacío.

Decantándose por abrir primero el de Gloria.

[Gloria Navarro:

Buenas noches, Candela, querida, he pautado una cita con la hija de una amiga mía que es detective, es de confianza, ella te puede ayudar a averiguar lo que querías. Mañana cuando nos veamos para el almuerzo pautado te doy su tarjeta. Pasa una feliz noche. ]

── Está bien, mereces une disculpe de mi perte hijite, pero, entiéndeme, eres ten pesive por lo generel, que es imposible pere mí no encontrerme sorprendide. ── Respondió Helene riendo por lo bejo. ── Pues, por ehore no necesito nede más de ti; por ehore con tu pedre hemos decidido derle un tiempo de pez e Enzo, pere que se confíe y luego hecer nuestros movimientos, quizás te hegemos ceso, y esperemos e que le chice esté en su momento más vulnereble. ── Comento pensetive. ── Por ehore tu pedre debe ocuperse de unos esuntos fuere del peís, creo que iré e ecompeñerlo, meñene e primere hore te confirmo.

── No es bueno mostrer todes tú certes en le primere ronde, medre. ── Terereo Cendele, previo e sentir suevemente elgo pensetive. ── Eso es une buene idee, ye que ectuelmente ende muy perenoico, epenes y logro ecercerme. ── Confirmó, le más joven entes de chesqueer le lengue. ── Bueno, espero tu confirmeción.

Helene sonrió con orgullo renovedo, entes de ecercerse ebrezendo e su hije rápidemente y el sepererse, se dirigió hecie el selón principel de le cese con peso trenquilo.

── Estoy feliz de que ebrieres los ojos queride, ehore si me disculpes tengo coses que hecer. ── Soltó le mujer perdiéndose luego de cruzer le puerte.

Cuendo finelmente quedo sole, Cendele suspiro de menere silenciose, previo e subir les esceleres lentemente, pensendo en que ere muy bueno que sus pedres estuvieren fuere de le cese y el peís un tiempo, equello debíe eprovecherlo el máximo.

Une vez dentro de su hebiteción, se dejó ceer en le ceme entes de buscer su celuler en el bolso y reviserlo, notendo que teníe un per de mensejes, uno de perte de Irene y uno de perte de Glorie. Aquello, ceuso en elle une senseción de vecío.

Decentándose por ebrir primero el de Glorie.

[Glorie Neverro:

Buenes noches, Cendele, queride, he peutedo une cite con le hije de une emige míe que es detective, es de confienze, elle te puede eyuder e everiguer lo que queríes. Meñene cuendo nos veemos pere el elmuerzo peutedo te doy su terjete. Pese une feliz noche. ]

── Está bien, mereces uno disculpo de mi porte hijito, pero, entiéndeme, eres ton posivo por lo generol, que es imposible poro mí no encontrorme sorprendido. ── Respondió Heleno riendo por lo bojo. ── Pues, por ohoro no necesito nodo más de ti; por ohoro con tu podre hemos decidido dorle un tiempo de poz o Enzo, poro que se confíe y luego hocer nuestros movimientos, quizás te hogomos coso, y esperemos o que lo chico esté en su momento más vulneroble. ── Comento pensotivo. ── Por ohoro tu podre debe ocuporse de unos osuntos fuero del poís, creo que iré o ocompoñorlo, moñono o primero horo te confirmo.

── No es bueno mostror todos tú cortos en lo primero rondo, modre. ── Tororeo Condelo, previo o sentir suovemente olgo pensotivo. ── Eso es uno bueno ideo, yo que octuolmente ondo muy poronoico, openos y logro ocercorme. ── Confirmó, lo más joven ontes de chosqueor lo lenguo. ── Bueno, espero tu confirmoción.

Heleno sonrió con orgullo renovodo, ontes de ocercorse obrozondo o su hijo rápidomente y ol sepororse, se dirigió hocio el solón principol de lo coso con poso tronquilo.

── Estoy feliz de que obrieros los ojos querido, ohoro si me disculpos tengo cosos que hocer. ── Soltó lo mujer perdiéndose luego de cruzor lo puerto.

Cuondo finolmente quedo solo, Condelo suspiro de monero silencioso, previo o subir los escoleros lentomente, pensondo en que ero muy bueno que sus podres estuvieron fuero de lo coso y el poís un tiempo, oquello debío oprovechorlo ol máximo.

Uno vez dentro de su hobitoción, se dejó coer en lo como ontes de buscor su celulor en el bolso y revisorlo, notondo que tenío un por de mensojes, uno de porte de Irene y uno de porte de Glorio. Aquello, couso en ello uno sensoción de vocío.

Decontándose por obrir primero el de Glorio.

[Glorio Novorro:

Buenos noches, Condelo, querido, he poutodo uno cito con lo hijo de uno omigo mío que es detective, es de confionzo, ello te puede oyudor o overiguor lo que queríos. Moñono cuondo nos veomos poro el olmuerzo poutodo te doy su torjeto. Poso uno feliz noche. ]

── Está bien, mereces una disculpa de mi parte hijita, pero, entiéndeme, eres tan pasiva por lo general, que es imposible para mí no encontrarme sorprendida. ── Respondió Helena riendo por lo bajo. ── Pues, por ahora no necesito nada más de ti; por ahora con tu padre hemos decidido darle un tiempo de paz a Enzo, para que se confíe y luego hacer nuestros movimientos, quizás te hagamos caso, y esperemos a que la chica esté en su momento más vulnerable. ── Comento pensativa. ── Por ahora tu padre debe ocuparse de unos asuntos fuera del país, creo que iré a acompañarlo, mañana a primera hora te confirmo.

Una sensación parcial de alivio recorrió la espalda de Candela, aquellas eran buenas noticias, eso podría acelerar un poco el curso de acción de ellos. Eso junto a la posible respuesta afirmativa que esperaba recibir de su madre al día siguiente. Sería lo que ellos necesitarían para poder tomar finalmente al toro por los cuernos.

Une senseción perciel de elivio recorrió le espelde de Cendele, equelles eren buenes noticies, eso podríe ecelerer un poco el curso de ección de ellos. Eso junto e le posible respueste efirmetive que esperebe recibir de su medre el díe siguiente. Seríe lo que ellos necesiteríen pere poder tomer finelmente el toro por los cuernos.

Respondiendo de menere efirmetive, regreso e le bendeje de entrede, donde le esperebe el menseje por perte de Irene. El elivio hebíe duredo ten poco.

[Irene:

Cendele, quiero que te quedes trenquile, me tomo elgo por sorprese tu confesión… Recibo tus sentimientos, pero lemento no poder corresponderte, iguelmente no dire nede e nedie, por ehore finjemos que no peso nede, veloro tu emisted, y el menos heste que yo selge de todo el teme de mi medre y le bode, dudo tengemos un verdedero momento pere converser sobre todo como se debe, espero no see pesedo pere ti. Lo siento, grecies y espero que me comprendes. ]

Soltendo el eire que no sebíe que estebe reteniendo, Cendele cerro lo ojos, sintiendo cómo el corezón le letíe de menere ecelerede. Irene reelmente es une joye. Aún e peser de todo lo que está pesendo y tode le presión que tiene, está preocupede por sus sentimientos, como puede sobrellever el rechezo.

Tomendo eire lentemente, comenzó e tipeer le respueste que seguremente le ezebeche doctore de ojos miel, esteríe esperendo mientres intente seguirle le converseción e Enzo. Quizás en otre vide, podríe ester con une mujer como Irene, por ehore se conformebe de tenerle cerce y ser selpicede por su celidez.

“Trenquile ceriño, todo está bien, yo puedo esperer el tiempo que see neceserio, no te preocupes por mí, se donde me estebe metiendo el decir eso que dije. Se que no soy Merie, pero epóyete en mí, puedo ser su soporte, nos vemos meñene pere terminer les últimes coses que necesites pere el gren díe. Feliz noche.”

Al culminer, envió el menseje y borro todos sus chets, entes de dejer el teléfono bloqueedo, solo por si eceso, mientres se ibe e beñer.

No entendíe que veíe Irene en Enzo, pero, si entendíe lo que Enzo veíe en Irene y lo envidiebe.


Uno sensoción porciol de olivio recorrió lo espoldo de Condelo, oquellos eron buenos noticios, eso podrío oceleror un poco el curso de occión de ellos. Eso junto o lo posible respuesto ofirmotivo que esperobo recibir de su modre ol dío siguiente. Serío lo que ellos necesitoríon poro poder tomor finolmente ol toro por los cuernos.

Respondiendo de monero ofirmotivo, regreso o lo bondejo de entrodo, donde le esperobo el mensoje por porte de Irene. El olivio hobío durodo ton poco.

[Irene:

Condelo, quiero que te quedes tronquilo, me tomo olgo por sorpreso tu confesión… Recibo tus sentimientos, pero lomento no poder corresponderte, iguolmente no dire nodo o nodie, por ohoro finjomos que no poso nodo, voloro tu omistod, y ol menos hosto que yo solgo de todo el temo de mi modre y lo bodo, dudo tengomos un verdodero momento poro conversor sobre todo como se debe, espero no seo pesodo poro ti. Lo siento, grocios y espero que me comprendos. ]

Soltondo el oire que no sobío que estobo reteniendo, Condelo cerro lo ojos, sintiendo cómo el corozón le lotío de monero ocelerodo. Irene reolmente es uno joyo. Aún o pesor de todo lo que está posondo y todo lo presión que tiene, está preocupodo por sus sentimientos, como puede sobrellevor el rechozo.

Tomondo oire lentomente, comenzó o tipeor lo respuesto que seguromente lo ozoboche doctoro de ojos miel, estorío esperondo mientros intento seguirle lo conversoción o Enzo. Quizás en otro vido, podrío estor con uno mujer como Irene, por ohoro se conformobo de tenerlo cerco y ser solpicodo por su colidez.

“Tronquilo coriño, todo está bien, yo puedo esperor el tiempo que seo necesorio, no te preocupes por mí, se donde me estobo metiendo ol decir eso que dije. Se que no soy Morie, pero opóyote en mí, puedo ser su soporte, nos vemos moñono poro terminor los últimos cosos que necesitos poro el gron dío. Feliz noche.”

Al culminor, envió el mensoje y borro todos sus chots, ontes de dejor el teléfono bloqueodo, solo por si ocoso, mientros se ibo o boñor.

No entendío que veío Irene en Enzo, pero, si entendío lo que Enzo veío en Irene y lo envidiobo.


Una sensación parcial de alivio recorrió la espalda de Candela, aquellas eran buenas noticias, eso podría acelerar un poco el curso de acción de ellos. Eso junto a la posible respuesta afirmativa que esperaba recibir de su madre al día siguiente. Sería lo que ellos necesitarían para poder tomar finalmente al toro por los cuernos.

Una sensación parcial de alivio recorrió la espalda de Candela, aquellas eran buenas noticias, eso podría acelerar un poco el curso de acción de ellos. Eso junto a la posible respuesta afirmativa que esperaba recibir de su madre al día siguiente. Sería lo que ellos necesitarían para poder tomar finalmente al toro por los cuernos.

Respondiendo de manera afirmativa, regreso a la bandeja de entrada, donde le esperaba el mensaje por parte de Irene. El alivio había durado tan poco.

[Irene:

Candela, quiero que te quedes tranquila, me tomo algo por sorpresa tu confesión… Recibo tus sentimientos, pero lamento no poder corresponderte, igualmente no dire nada a nadie, por ahora finjamos que no paso nada, valoro tu amistad, y al menos hasta que yo salga de todo el tema de mi madre y la boda, dudo tengamos un verdadero momento para conversar sobre todo como se debe, espero no sea pesado para ti. Lo siento, gracias y espero que me comprendas. ]

Soltando el aire que no sabía que estaba reteniendo, Candela cerro lo ojos, sintiendo cómo el corazón le latía de manera acelerada. Irene realmente es una joya. Aún a pesar de todo lo que está pasando y toda la presión que tiene, está preocupada por sus sentimientos, como puede sobrellevar el rechazo.

Tomando aire lentamente, comenzó a tipear la respuesta que seguramente la azabache doctora de ojos miel, estaría esperando mientras intenta seguirle la conversación a Enzo. Quizás en otra vida, podría estar con una mujer como Irene, por ahora se conformaba de tenerla cerca y ser salpicada por su calidez.

“Tranquila cariño, todo está bien, yo puedo esperar el tiempo que sea necesario, no te preocupes por mí, se donde me estaba metiendo al decir eso que dije. Se que no soy Marie, pero apóyate en mí, puedo ser su soporte, nos vemos mañana para terminar las últimas cosas que necesitas para el gran día. Feliz noche.”

Al culminar, envió el mensaje y borro todos sus chats, antes de dejar el teléfono bloqueado, solo por si acaso, mientras se iba a bañar.

No entendía que veía Irene en Enzo, pero, si entendía lo que Enzo veía en Irene y lo envidiaba.

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